¿Cómo ayudarme para mejorar mi autoestima?

Columnistas Principal

Por: Psic. Hilda Mesa

  • Todos en algún momento hemos presentado problemas de autoestima. De hecho, gran parte de los conflictos en nuestras relaciones se debe a la construcción de una autoestima pobre. 

Definamos autoestima

La autoestima es el conjunto de creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, la valoración que realizamos basándonos en nuestras experiencias.

AHORA… ¿Cómo podemos ayudarnos nosotros para mejorar? 

Tenemos que ser realistas tanto con nuestras virtudes como con nuestros defectos. No somos perfectos, pero la intención no es serlo. El objetivo es ser feliz. Así que para lograrlo debemos aceptar las cosas que no hacemos tan bien y aprender de ello. Y por supuesto, no restarle importancia a las cosas que sabemos hacer bien, sino valorarlas como se merecen. 

Vamos a observar y ser conscientes de lo bueno que tenemos, de lo bueno que somos, de lo bueno que hacemos. ¿Por qué seguir pensando que soy un desastre? ¿A dónde me ha llevado este tipo de razonamiento?

LO PRIMERO: Dándonos cuenta del problema, les doy un ejemplo; ¿cuántas veces les ha pasado? que están trabajando en un proyecto o estudiando para un examen y hay una voz interna que les dice: “Mi familia tiene razón, yo no sirvo, lo haré mal” o ¿cuantas veces no han validado sus derechos? Esto es el inicio de darnos cuenta del problema. 

Existen muchos elementos que interfieren con la construcción de la autoestima, elementos externos e internos. Lo más importante es trabajar en los internos para tener las herramientas para afrontar los externos. 

  1. Si estás acostumbrado a centrarte en tus defectos, comienza por centrarte en las cosas que siempre te salen bien, los aspectos positivos. 
  1. Ponte como objetivo el LOGRO en vez de la perfección, ya que esta no existe y buscarla solo logrará mayor frustración contigo mismo. 
  1. Ponte metas realistas y que puedas cumplir. Metas a las cuales sea relativamente fácil llegar. Poco a poco las podemos aumentar, y veremos que paso a paso estamos consiguiendo lo que nos proponemos. Si fracasamos, aprendamos de ello sin culparnos de nuestros errores, ya que fallar es una manera de saber cómo hacerlo de manera distinta la siguiente vez. Atrévete a afrontar retos.
  1. Considera tus errores como oportunidades de mejora. Darte látigo porque fallaste no te hará aprender ni evolucionar como ser humano. En cambio el aprendizaje SI y eso solo lo logramos cuando nos equivocamos y encontramos la mejor forma de hacerlo. 
  1. No te compares. Cada persona es un mundo y tú eres el dueño del tuyo. Céntrate en ti. En tu vida. Envidiando e idealizando la vida del resto lo único que conseguiremos es sentirnos desgraciados. Todos tenemos algo bueno que aportar, y de nosotros depende encontrar el camino indicado. Tú brillo es único e intransferible. 
  1. Prueba cosas nuevas, distinta y explota tus habilidades. No hemos nacido conociendo todo sobre nosotros y el hecho de descubrir aspectos nuevos sobre nuestras habilidades hará ganar mayor confianza. 
  1. Identifica lo que realmente puedes cambiar, por ejemplo; tu estatura no la puedes cambiar, pero puedes cambiar tu condición física o tu habilidad para las matemáticas. Hay que ser realistas con este punto. 
  1. Supera tus lastres. Hay personas que viven arrastrando “mochilas” llenas de peso: trabajos que no les satisfacen, relaciones que no les aportan nada, hábitos que no les gustan… Para superar estos lastres, es preciso tomar cierto control sobre la situación, pensar en positivo y tratar de cambiarlas.
  1. Cada noche antes de acostarte piensa en las cosas buenas que te ha traído el día, los retos superados, los errores que hemos cometido y cómo podemos mejorar. Intenta, durante 30 días, poner en práctica estas sugerencias. Ya verás que cuando finalice el mes te sentirás mejor y muchos de los síntomas que sentías desaparecen. Y recuerda, hay una única persona capaz de cambiar tu vida, y esa persona, ¡eres tú!
  1. Y por último: ENAMÓRATE DE TI DESDE LA PUNTA DE TU DEDO GORDO HASTA LA CABEZA. No hay nada más potente cuando somos capaces de aceptarnos y trabajar en nuestra mejor versión para sentirnos bien. 
  • Les dejo un ejercicio: tomen una libreta y cada día escriban un aspecto que les gustaría mejorar y como poder hacerlo. Hagan un plan de acción y pónganlo en marcha. No se queden en la queja. 

Recuerden: HAY UN AMOR QUE DURA TODA LA VIDA: EL AMOR PROPIO.  Ese que es nuestra cara para el mundo, con el que somos capaces de entender lo sano y lo no sano que queremos en ¡nuestras vidas! Ese es el que dura toda una vida. Te invito a que trabajes en el. 

Tagged