Alrededor de 53 mil indígenas en Michoacán, no participaron en el proceso electoral

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El estudio de observadores “Hicieron sonar las campanas”, revela que 26 comunidades indígenas optaron por elegir bajo el sistema de usos y costumbres a quienes serán sus autoridades, el mismo 6 de junio.

Las organizaciones no gubernamentales SERAPAZ, Espacio para la Protección de Personas Defensoras y Periodistas, y Marabuni, presentaron su diagnóstico sobre el proceso electoral en los pueblos indígenas durante los pasados comicios del 6 de junio.

Fueron 26 comunidades que aglutinan a 53 mil electores, las que no participaron en las elecciones y prefirieron elegir a sus autoridades de forma alterna, a través de realizar los nombramientos de los cargos públicos bajo sus sistemas normativos internos, esto es, a través de Asambleas con sus propios tiempos y determinaciones.

Titulado “Hicieron sonar las campanas”, este documento además, muestra el resultado del esfuerzo de las mujeres indígenas de varios pueblos para rescatar la paz y construir una forma de gobierno autónoma al margen de la injerencia de empresas privadas, y principalmente del crimen organizado en sus territorios, interesado en la tala de bosques, siembra de aguacate y la influencia en los habitantes de las comunidades.

El documento afirma que las comunidades indígenas de la Meseta Purépecha han sufrido el flagelo de la violencia que se ha expandido en los últimos años por la presencia de grupos armados en constante disputa por el territorio.

“El día de las elecciones se convirtió así en el día que las comunidades indígenas del estado de Michoacán mostraron su fuerza, en oposición a las elecciones realizadas a través del sistema de partidos políticos…De acuerdo con cifras del Instituto Nacional Electoral (INE), de las 100 casillas que no se instalaron en la entidad, 89 estaban situadas en territorio de pueblos originarios”.  

En comunidades de los municipios de Zitácuaro, Charapan, Cherán, Nahuatzen, Paracho, Quiroga, Tingambato, Ziracuaretiro y Uruapan, su población no participó en las elecciones, sino en nuevos procesos inspirados en sus ancestros, para definir su representación a través de Concejos Comunales.

“El caso de Nahuatzen destaca entre las comunidades que se opusieron a la instalación de casillas debido a que Arantepacua, Sevina y Turícuaro se mantuvieron en contra, mientras que la cabecera permitió que se llevará a cabo el proceso, luego de una decisión que fue sometida al consenso de la comunidad para evitar la confrontación y caer en actos de violencia”.

La Misión de Observadores electorales, reportaron que durante la jornada electoral, las comunidades de Turícuaro, San Felipe de los Herreros, Pichátaro, Aranza y Cherantzincuin se mantuvieron en alerta, mientras que Arantepacua ejerció su derecho a la protesta con la quema de un vehículo en el entronque carretero de Nahuatzen y Cherán, ello como manifestación de rechazo a los partidos políticos y también para recordar sus demandas de justicia ante la masacre ocurrida el 5 de abril de 2017.

Por lo que toca al proceso de avance para lograr que su autonomía sea respetada por las autoridades estatal y federal, el informe presenta casos concretos en varias comunidades en donde destaca el protagonismo de las mujeres como líderes del cambio e incluso su elección por parte de sus compañeros para que sean ellas las que decidan el rumbo de su comunidad.

Pese a la tradición que pone al hombre como el único capacitado en tomar decisiones y ser el género que domina en los puestos de poder, las comunidades indígenas han visualizado la capacidad de la mujer para dirigir los destinos de un pueblo, en especial las madres de familia, quienes tienen en mente al momento de decidir el futuro de sus hijos e hijas.

El amor a su tierra, el trasfondo cultural y religioso de sus territorios, hace que las comunidades indígenas no pierdan la visión de sustentabilidad en sus proyectos productivos, lo cual ha chocado con los intereses de los grupos criminales que pretenden robar sus tierras para darles otros usos redituables más allá del trasiego de la droga o siembra de marihuana.

Ahora, de acuerdo a los relatos plasmados en el estudio, están interesados en la siembra de aguacate de exportación, limón y otros productos que quieren priorizar sobre la existencia de los bosques, volviéndose así en los responsables de la quema masiva de bosques en territorio indígena.

Ante las presiones y violencia sufrida, los indígenas relatan su estado de indefensión a los observadores, ya que ni el estado, ni la federación, ni el ejército los protege adecuadamente, por lo que ellos mismos organizaron rondas y grupos en los que participa toda la población para su autodefensa.

La información recabada corresponde a entrevistas realizadas por tres equipos de observadores que visitaron durante los días 5, 6 y 7 de junio a 11 comunidades de los municipios de Nahuatzen, Paracho, Quiroga, Charapan, Ziracuaretiro y Pátzcuaro.

Las entrevistas tuvieron un promedio de dos horas de duración. En nueve comunidades se entrevistó a integrantes de los Concejos Indígenas de Gobierno y en dos comunidades a actores claves del proceso comunitario. Además, se contó con información documental proporcionada previamente y por escrito por las mismas comunidades.