Analfabetismo emocional

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El analfabetismo emocional es la incapacidad de reconocer y al mismo tiempo, la carencia de desarrollar las habilidades emocionales más básicas como: RECONOCER, ACEPTAR, GESTIONAR, CREAR EMOCIONES.

–RECONOCER las emociones: darme cuenta de lo que siento, de las emociones que tengo y que aparecen en mi universo interior.

–ACEPTAR las emociones: darme cuenta, no negar que “esto es lo que siento” sea lo que sea y darme cuenta de que eso me pertenece.

–GESTIONAR las emociones: darme cuenta de que hay un espacio, un lapso, que me permite observar y decidir que deseo hacer con lo que siento.

-EXPRESAR Ras emociones: darme cuenta de que una vez decidido tengo libertad para manifestar esa emoción, que puedo elegir como expresarla.

-CREAR las emociones: darme cuenta de que es posible generar desde el interior las emociones que me faciliten la vida, tanto en lo personal, como en lo interpersonal y que esto afectara al entorno en que me muevo y por tanto al mundo.

El alfabetismo emocional debe ser tratado como una dolencia que afecta a la humanidad.

Las personas han desarrollado apatía ante situaciones que no deberían ser consideradas como “normales”.

El individuo se encuentra en un estado de comodidad, en una zona de confort que no le permite accionar ante los estímulos y tomar decisiones que impliquen cambios y trascendencia en su vida. 

El analfabetismo emocional hace referencia a la incapacidad para conectar y manejar nuestras emociones y, por ende, para comprender y aceptar las emociones de los otros. 

Se asegura que la alfabetización emocional es la segunda revolución del saber básico. La primera fue cuando se consideraba analfabeto al que no sabía leer ni escribir. Hoy en día, eso no es suficiente, por lo que se utiliza este concepto para hacer referencia a las personas que se muestran incapaces de controlar sus emociones.

Se puede decir que todos nacemos de alguna manera analfabetos en este aspecto y que, en primera instancia, es en los padres en los que recae la responsabilidad de educar a sus hijos en este sentido. Y esto es así porque los niños asimilan ese aprendizaje a partir de su entorno y de la relación con los demás y, evidentemente, para poder educar a los niños en cuanto al manejo de sus emociones, es importante que los padres (mediante el ejemplo) sean los primeros en hacerlo. Así, si los padres son alegres, cariñosos y respetuosos, el hijo lo tomará como un referente y lo imitará. 

Una segunda forma de desarrollar la inteligencia emocional es a través del contacto físico. Las caricias, los besos y abrazos son indispensables para los niños pues esa cercanía los hace sentir seguros y confiados. 

Se cree que los analfabetos emocionales son una consecuencia del estilo de vida occidental y de la sociedad altamente tecnológica. Quizás sea así, pues ya se sabe que suplantar la interacción humana por la interacción tecnológica no es una buena cosa. Pero seguro que la inmediatez con la que vivimos nos brinda tan poco tiempo para reflexionar como personas y aprender a conocernos que terminamos estableciendo relaciones superficiales tanto con los otros como con nosotros mismos.

En mi opinión como psicóloga, el motivo es el miedo que tenemos de descubrirnos, de autoconocernos, de explorar las diferentes formas en las que podemos sentirnos. Claro es más fácil sentirse de la misma forma todos los días, es más cómodo, pero en definitiva no nos lleva a nada. 

Para ganarle la batalla a este mal psicológico lo primero es entrar a la zona de descubrimiento. Reconocer lo que sientes y eso lo haces con ayuda de un terapeuta que guíe tu proceso de conocimiento interno. Es un camino, pero es el mejor de todos porque te lleva a tu verdadero YO. 

Hilda Mesa 

PSICOTERAPEUTA 

FB/ HildaMesh 

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