La anorgasmia se trata de la incapacidad o dificultad para alcanzar el orgasmo. Es una disfunción sexual que suele ser más común de lo que muchos se imaginan, estadísticamente la mujer es más propensa a padecerlo. Este problema no siempre va relacionado con la falta de estimulación, excitación o deseo. De hecho, muchxs logran todas esas fases, pero justo cuando toca la fase del orgasmo no se logra completar el ciclo de la respuesta sexual.
A nivel profesional he notado que muchas de mis consultantes no saben ni siquiera que es un orgasmo, ni idea de que se trata. Si este es tu caso, créeme no lo has experimentado, porque cuando el orgasmo se presenta, es algo que se reconoce aún sin tenerlo claro teóricamente. Algunxs lo describen como una especie de explosión placentera luego de haber estado en tensión.
Leí hace tiempo una interesante analogía “el orgasmo es como estar enamoradx, no sabes lo que es hasta que lo vives”. Volvamos de nuevo con la anorgasmia, esta puede presentarse en 3 categorías:
- Anorgasmia primaria; nunca se ha tenido un orgasmo.
- Anorgasmia secundaria; luego de haber vivenciado el orgasmo, se deja de experimentar.
- Anorgasmia situacional; el orgasmo se presenta sólo en determinadas circunstancias.
Son muy pocos los casos que tienen un origen orgánico, en su mayoría el componente psicológico tiene un peso relevante. Producto a experiencias traumáticas, Educacion, sexual rígida y carencia de autoestima.
Quiero dejar claro que para estos casos no hay “recetas” ni mucho menos fórmulas “mágicas”, superar una disfunción sexual requiere de la intervención de un profesional que lleve a cabo un protocolo de evaluación exhaustivo, para determinar el origen de cada caso en particular.
Seguro tú que me lees, has intentado varías medidas y seguir algunos “consejitos” de amigxs y conocidxs que con el tiempo resultan en una gran frustración. Por eso lo conveniente es solicitar la asesoría de un profesional (sexologx). Tengan en cuenta que necesitan invertir tiempo y dinero si quieren ver los resultados esperados o resignarse a vivir una vida sexual insatisfactoria.
