Los hombres, frente a su formación de todo poderosos evitan pensar que ellos pueden enfermar, o que se van aliviar de cualquier malestar o enfermedad, es decir, el Sistema de Género también hace que atenten contra su vida.
Lo digo porque en este mes dedicado a la atención del cáncer de mama, es fundamental que tanto hombres como mujeres nos revisemos las mamas para identificar cualquier situación fuera de lo normal que pudiera constituir un cáncer. El cáncer de mama en hombres es poco común, pero eso no significa que no existe, o sea, existe, pero es poco común en los hombres, dicho de otra manera.
Sus antecedentes son muy lejanos a estas fechas, pero nos da una idea desde cuando estamos padeciendo los varones de estos males.
De conformidad con la literatura médica, el cáncer mamario en hombres es una enfermedad rara e infrecuente de investigación limitada. El primer caso documentado se localiza en Inglaterra en el siglo XIV por John Arderne (1307-1392). Esta condición causa 1 % de todos los carcinomas de mama y menos de 1 % de las neoplasias malignas en hombres.
Datos estadísticos de salud de los Estados Unidos, identifican que en el 2009, se reportaron 1.910 casos nuevos de cáncer mamario en hombres y 440 muertes por dicha condición. Esta entidad es responsable de 0,1 % de las muertes por cáncer en dicho sexo.
Mas allá, de los datos cuantitativos, es necesario que pensemos en las narrativas de muchos hombres que teniendo cáncer no se atienden con oportunidad y terminan perdiéndolo todo, es decir, terminan muriendo de un mal que tratado con oportunidad puede ser atendido.
Sería conveniente que a los hombres desde muy jóvenes se les enseñara a revisar sus cuerpos, es decir, que los hombres pudieran conocer sobre sus derechos sexuales y sus derechos reproductivos y la manera en como poder cuidar sus cuerpos. Muchos hombres no desean ir al médico por una cuestión de sentirse fuertes y potentes frente a la familia y la sociedad.
