El IMCO ha posicionado al Congreso de Michoacán como uno de tres los más caros del país, sin embargo la presidenta del Comité de Administración señaló que opera con déficit y que este organismo no tiene certeza del manejo de las finanzas
Los diputados locales de Michoacán podrían no obtener aguinaldo este año, ya que los miembros del Comité de Administración aseguran no tener certeza del ejercicio de los recursos al interior del Legislativo y del estado de las finanzas, de modo que el año podría cerrar con déficit, aunque nadie lo notará, porque ningún diputado cuenta con información al respecto y no hay informes financieros después del correspondiente al primer trimestre del año.
De ser el caso, esto acarrearía un problema para el Congreso local, ya que al no contar con un proyecto de presupuesto aprobado para el 2020, el Ejecutivo fijó para este Poder una partida presupuestal idéntica a la que se ejerció durante el presente año.
Este monto, sin embargo, es uno de los más altos del país, sólo por debajo del que ejercieron los congresos de la Ciudad y el Estado de México, a pesar de que estos dos están entre los que tuvieron mayor reducción en sus gastos, según reportó el Instituto Mexicano para la Competitividad en su Informe Legislativo 2019.
Sin embargo, la presidenta del Comité de Administración y Finanzas, Yarabí Ávila González aseguró que no se han revisado los salarios de los trabajadores del Congreso en los últimos 12 años y que se espera una propuesta por parte de la Secretaría de Finanzas del Congreso, misma que hasta ahora no se ha presentado.
Por otro lado, el IMCO muestra que después de los diputados de la Ciudad de México, los de Michoacán son los que más cuestan en el país, ya que el costo por diputado en 2018 fue incluso mayor al que implican los diputados federales.
Cada legislador cuesta a los michoacanos 23 millones de pesos al año.
Incluso a nivel internacional, el gasto del Congreso local de Michoacán es mayor que el de otros. Por ejemplo, los congresos locales de España. De acuerdo con el informe el gasto total de los órganos legislativos de ese país representa la tercera parte que el nuestro.
No se tiene certeza de cómo se emplea este gasto, de acuerdo con Yarabí Ávila y Ernesto Núñez, quienes reiteradamente han declarado que no cuentan con la información y culpan al secretario de finanzas del Legislativo, Alberto Chávez Sandoval, de no proporcionar los datos que le solicitan.
Por otro lado, el IMCO sostiene que algunos congresos funcionan como “sedesoles legislativas”. Es decir, emplean sus recursos en funciones de desarrollo social que no les corresponden y los aplican discrecionalmente y sin reglas de operación.
Durante el 2018, se dio un dispendio de recursos para este fin en 25 congresos por un total de mil 852 millones de pesos, lo que representa un 12 por ciento de su presupuesto. Los diputados michoacanos gastaron ocho millones de pesos en este rubro.
Una de las propuestas que hace este instituto es no gastar en ayudas sociales, puesto que ello invade las funciones del Ejecutivo, también plantea que para tener congresos más austeros se debe planear mejor el gasto y no gastar más de lo que se proyectó.
En el caso de Michoacán, Ávila González precisó que se tenía un déficit en 2018 de 26 millones de pesos y que actualmente es incierto.
