Hilda Mesh

¿Cómo elegir pareja inteligentemente?

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AMOR, ¿Cuestión de suerte? ¿Esperas que la suerte te sorprenda con el amor de tu vida?, ¿Has tenido buena o mala suerte con tus parejas?, ¿Quieres aprender a mejorar tus elecciones?, Entonces, llegó la hora de dar un paso al frente y desde una posición consciente, aprender a escuchar tus sentimientos y pensamientos, integrarlos y comenzar a ELEGIR.

Equivocaciones ccomunes a la hora de elegir pareja

• Creer que “uno NO decide de quién se enamora”.

No dejes la elección solo a tu corazón, toma en cuenta tu voluntad e inteligencia.

Bien lo dice, Claudia Bernard: “Quién no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra”. Define claramente qué necesitas en tu vida y no cedas ante personas “espejismos”.

Elige objetivamente, observa las señales y no justifiques lo injustificable. Desecha el papel de víctima, si realmente quieres crecer y ser feliz. Además, tira a la basura las creencias: “Todxs lxs hombres/mujeres son iguales”, “Tengo mala suerte en el amor”. Es totalmente ¡FALSO!, lo que existe en tu vida forma parte de tus elecciones y de tu libre albeldrio.

Asume una posición de madurez y EMPODERATE de tus elecciones.

Hasta qué estas no cambien, los resultados siempre serán los mismos. Señalar hacia afuera es muy fácil, camino arduo es enfrentarse con uno mismo y cambiar los malos hábitos. Es totalmente posible DECIDIR de quién enamorarse, si notas “peligro” retírate a tiempo y continúa tu camino. Minimizar los defectos del otrx con la creencia que el amor todo lo puede cambiar.

Vamos a estar claros, nadie es perfectx, pero existen defectos que NO pueden ser negociables, ni mucho menos justificables, por ejemplo; infidelidades, maltrato (físico y verbal), alcoholismo o cualquier otra adicción, celopatía, exceso de control, personas que no han cerrado su ciclo emocional con su ex, entre otros. Si de entrada te consigues con este panorama, sigue tu camino o pon tus condiciones firmes o contundentes capaces de medirse en el tiempo.

Si sientes que tu misión de vida es el altruismo desmedido, dirígete a los hospitales, casas de reposo, orfanatos, pero no te pongas en el papel de ser salvadorx de tu pareja, ni mucho menos su “psicólogx” personal, quítate ese rol de encima que no te corresponde, aunque tu pareja te lo solicite, para eso existimos los profesionales.

Deja a un lado la terquedad y ten amor propio, valórate y pregúntate: “¿Esta relación me conviene?”, sé totalmente sincerx, recuerda que de tu objetividad y decisión dependerán los resultados.

Además, les comento que desde mi experiencia profesional, con el tiempo los defectos se maximizan, porque se genera un grado de “confianza” en la relación capáz de revelar realidades.

El amor no basta para sostener una relación. Es necesario considerar otras variables, como los valores, proyectos de vida, actitudes, etc.

Cuando sientes que si te muestras como eres al otrx NO le vas a gustar. ¿Eres lo suficientemente transparente?, ¿te muestras como eres?, ¿expresas abiertamente todos tus desacuerdos?... Bueno, cuando inicia la relación y con la verdad por delante, la respuesta común suele ser ¡Nooo! Esto no se trata de géneros, edades, ni condición socio-cultural, se trata de querer siempre “agradar”, algo común en la etapa de “Enamora-Miento”. Por aquello de buscar encajar, para que ambos parezcan “almas gemelas”.

Muy pocxs tienen el suficiente valor para mostrar no solo sus atributos, sino también sus fallas, temores, mañas y debilidades.

Existe la creencia a veces inconsciente “si me muestro como soy, corto con el riesgo de ser rechazadx”, en este sentido se van construyendo poco auténticas y con el tiempo inevitablemente van saliendo las verdades, al punto que algunxs dicen: “Cómo cambiaste”, “No eres la/el mismx que conocí”, generando un desencanto tan grande que las diferencias resultan muchas veces irreconciliables, trayendo como consecuencia el desamor y finalmente la ruptura.

Es importante definir el tipo de relación que deseamos.

Cada pareja tiene su propia historia, desafíos, conflictos y fortalezas. Otro de los factores que genera problemas en las relaciones es el apresuramiento al momento de elegir, frecuentemente impulsados por la química, es decir, esa atracción inicial. En este sentido se comete el ERROR de dejar relegado el razonamiento; “¿me conviene”.

Si bien, es sabroso ese arrebato emocional producto de la primera fase del enamora-miento, a la larga se omiten señales importantes que con el tiempo generan grandes decepciones. Por eso es importante definir el tipo de relación que se quiere iniciar: amigos con derechos, amantes, matrimonio, noviazgo, un peor es nada… en todo caso dependerá de sus necesidades.

Es conveniente definir con DETALLE el hombre o la mujer que desean como pareja, por ejemplo; aspecto físico (contextura, talla, color, edad), aspecto psicológico (temperamento, personalidad, gustos, sentimientos, emociones, inteligencia), grado de instrucción, ocupación, relaciones familiares, status económico y social, valores morales y espirituales, tendencia política, desempeño sexual.

Ojo, TODO ES IMPORTANTE pocos se dan la tarea de reflexionar sobre ello. Es común, definir proyectos económicos, educativos y laborales… pero de tarde a escribir lo que se busca en una pareja, muchxs lo tachan como falta de espontaneidad.

Aún, cuando el mantenimiento de una relación, debería ser un proyecto ambicioso, porque su resultado quiera o no termina afectando otros aspectos de su vida. Me dicen mis consultantes: “pero, lo que yo quiero, no existe”, mi respuesta: “¿Estas segurx?, ¿Has tenido la paciencia para saber esperar?, o producto de la sensación de soledad o presión social ¿terminas agarrando lo que venga?, algo así como “es mejor esto que nada”.

De ser así, me parece una actitud bien conformista y también es válido serlo, mientras NO se quejen luego de los resultados. Que conste que se los dije. Recuerden que el acompañamiento terapéutico es una excelente opción para aprender nuevas herramientas.

Hilda Mesa PSICOTERAPEUTA FB/ HildaMesh