Gerardo Herrera

Convenio 190 de la OIT

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El Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobret violencia y acoso de género en el mundo del trabajo, es una realidad en México, el Senado de la República lo ha ratificado, lo que permite ir avanzando en  las adecuaciones legislativas y darle la atención procedente para el beneficio correspondiente tanto para trabajadores del sector privado, como del sector público; igualmente al plantear una perspectiva amplia, toda vez que aplica a las actividades realizadas durante el trabajo, en relación con el trabajo o como resultado del trabajo.

El Convenio 190 de la OIT, una vez que entre en vigor tendrá el carácter de ley en México, por lo que protegerá a toda persona en el mundo de trabajo para que este libre de violencia y acoso de género. El Convenio 190 tiene como propósito que el gobierno, los empleadores y los trabajadores generen las condiciones para mantener ambientes libres de violencia, el respeto a los derechos humanos y sobre todo continuar avanzando en la perspectiva de género.

Como sociedad civil damos la bienvenida a la ratificación del Convenio 190, el que tardará un año en entrar en operación, una vez que se deposite ante la OIT por las autoridades consulares de México, lo cual permitirá que dicho instrumento sea considerado una ley en el país. Dicho instrumento convoca a las autoridades mexicanas a preparar mecanismos nacionales para la protección de personas trabajadores ante la amenaza de ser acosados o violentados dentro de sus áreas laborales.

La ratificación del Convenio de mérito, incluye la recomendación 206, que mandata a que la protección en contra de la violencia y el acoso se incluya en los contratos colectivos de trabajo. Deseamos que este instrumento,  así como  los mecanismos de actuación permitan reconocer que la violencia y el acoso por razones de género afectan a mujeres y niñas, por lo que habrá que avanzar a la atención de las causas estructurales de estas violencias, incluyendo estereotipos de género, la discriminación y desde luego el abuso de poder por razón de género que legitima el patriarcado, no a la opresión, a la exclusión, desigualdad e injusticia social.

En este sentido, el Convenio 190 de la OIT, debe ser complementario a las Convenciones de la CEDAW y de Belén Do Pará, ambos documentos jurídicos suscritos y ratificados por el Estado mexicano para evitar la violencia y discriminación, pero ahora con enfoque en el trabajo, en las oficinas, en los espacios laborales, ahí donde, los empleadores o los jefes pueden acosar o someter o disciplinar los cuerpos de las trabajadoras en su condición de violencia de género.

No será suficiente convenios, convenciones, pactos, se requiere ir a la raiz, es decir, a la desestructuración del patriarcado, el género, mientras exista el género que alimenta al patriarcado será muy difícil terminar con la violencia o la discriminación.