Los habitantes de la comunidad indígena de Pómaro han sido víctimas de violencia por parte de grupos criminales
La disputa por el control de las minas de la zona ha derivado en secuestros, privación de la libertad y asesinatos, denunció José Antioco Calvillo García, cuyo padre de 90 años fue privado de su libertad hace dos meses.
A José Calvillo ya le secuestraron, torturaron y mataron a su hermano Catalino el año pasado, además de que privaron de su libertad y golpearon a su hijo, aunque en este caso se logró su rescate.
El comunero atribuye estos hechos delictivos a dos personas: Germán Ramírez Sanchez, alias el Toro y Jorge Rivera Valencia, alias el Borrego, ambos de San José de la Montaña, municipio de Coalcomán, por lo que acudió a presentar su denuncia ante las fiscalías especializadas correspondientes en el estado.
“Mi hermano lo encontramos torturado, rafagueado, desfigurado de la cara”, relató, “pido que haya justicia para quienes atentaron contra mi hermano, contra quienes dejaron tres menores de edad que ahorita están sin padre”.
El comunero expuso que considera que estas agresiones pueden tener que ver con el control de la zona de minas de la región, ya que él fue autodefensa y decidió retirarse del movimiento debido a que precisamente estaba en contra de la explotación de minas y tierras ajenas.
Calvillo agregó que se le ha pedido 300 mil pesos y una camioneta del año de rescate y que habitantes de Chocola y Pichilinguillo acudieron a una asamblea a pedir un acta firmado y señaló que es a ellos a los que atribuye el secuestro de su padre, particularmente a las familias Pulido y Huerta Alvarado. “No se vale y quiero que me digan que les debo a quien les he matado”, manifestó.
“Mi padre no les debe nada es un anciano inocente que veló para fundar la comunidad indígena de Pómaro. Mi hermano era comunero con sus derechos reconocidos y de esta manera los delincuentes quieren atentar y acabar con esta comunidad indígena”, declaró.
Por otro lado, Calvillo García declaró que a él se le atribuyen delitos similares. Es decir, se le hace responsable de la desaparición de dos personas, lo cual negó rotundamente y señaló que desde hace tres años no habita en la comunidad y sólo acude a las asambleas.
