Gerardo Herrera

Día mundial del agua

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Durante varias notas informativas en diversos medios de comunicación hemos presentado las diferentes situaciones que viven los lagos y cuerpos de agua en Michoacán: en Contepec, Cuitzeo, Pátzcuaro, Turicato, incluso Yuriria en Guanajuato, su importancia radica en posicionar los efectos que genera la ecosofia en los ecosistemas.

Hoy 22 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Agua. El agua es un derecho humano, pero también un derecho planetario para todos los seres vivos, incluidos: la humanidad, plantas y animales.

Recientemente conversaba en Uruapan con Pedro Cantú y el ingeniero Arturo Hernández que el agua, no debe observarse como un elemento inerte de la naturaleza, sino como un patrimonio del planeta que deben cuidar principalmente los humanos, para dar viabilidad a otros seres vivos, es decir, es cuidar la vida.

Reflexionábamos sobre la importancia de impulsar procesos de sostenibilidad de la vida y de los seres vivos, tanto para esta generación y las próximas, no solo hablando en beneficio del hombre, sino de la vida. Desde la teoría, la filosofía, la educación, la normativa, la Agenda 2030 y la Carta de la Tierra, existe el paradigma para el cuidado y conservación del agua. Tambien Maude Barlow también propone un decálogo. En este sentido es importante repensarnos deontológicamente en el cuidado y conservación del agua por lo que debemos de considerar que los elementos de la naturaleza: agua, aire, tierra, luz, pertenecen a la tierra y son para el provecho de todos los seres vivos, por lo que nadie, principalmente el humano,  debe sacar provecho de dichos elementos en detrimento de la propia vida de otros.

El agua no es solo un elemento inerte, toda vez que genera la posibilidad de vida de los seres vivos: es así que, el agua pertenece a la tierra y es de todas las especies humanas y no humanas; sin agua no hay vida.

La sociedad requiere redefinir la relación con el mundo de la naturaleza, una decisión humana puede afectar a los mantos hídricos y también a otros seres vivos; somos nosotros parte de la naturaleza, a la que hay que cuidar y respetar.

Actualmente en el mercado se considera el agua como un producto para su venta, despojándola de la espiritualidad y respeto que se le tienen por los pueblos originarios que permite la vida, por ello, la importancia de redefinir nuestra relación con el agua y reconocer su lugar esencial y sagrado en el seno de la naturaleza.

De manera genérica todos y todas hemos contribuido a la contaminación del agua, de una u otra forma la humanidad somos corresponsables, por ello, la importancia de que todos nos responsabilicemos de su saneamiento. El agua es escaza y una gran cantidad de ella está contaminada, en gran medida por el sistema de consumo y producción que se tiene en diferentes productos, bienes y servicios. Requerimos que los ecosistemas funcionen al son que da la naturaleza, toda vez que la supervivencia de los seres vivos depende de esa funcionalidad de la naturaleza.

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