- No basta garantizar la igualdad en las leyes, puesto que la discriminación indirecta crea condiciones equitativas para las mujeres, observó el subdirector del Consejo Estatal para Prevenir y Erradicar la Discriminación y la Violencia (COEPREDV), Víctor Hugo Villagómez.
Morelia, Michoacán a 02 de abril de 2019.- El considerar que todas las mujeres son iguales llevas a que muchas de ellas sean excluidas, puesto que hay mujeres que pertenecen a más de un grupo vulnerable, como las migrantes, indígenas, con otra orientación sexual o alguna discapacidad, observó Víctor Hugo Villagómez, subdirector del Consejo Estatal para Prevenir y Erradicar la Discriminación y la Violencia (COEPREDV).
“Las leyes tratan de igual forma a las mujeres y esto tiene como efecto un resultado negativo para las mujeres”, expuso el especialista en las instalaciones del Instituto Electoral de Michoacán (IEM) como parte de su participación en un foro convocado por esta instancia.
Villagómez explicó que existen tres tipos de discriminación que afectan a las mujeres en nuestro estado, que son la directa, la indirecta y la múltiple.
La primera está prohibida en la legislación y es la que se puede detectar con más facilidad, pero la segunda y la tercera son las más frecuentes y difíciles de comprobar y detectar.
En nuestro estado, destacó, una de cada cuatro mujeres se ha sentido discriminada por razones de género y de ellas, el 31 por ciento por su peso o estatura, 29 por ciento por su forma de vestir, 26 por ciento por su edad y 26 por ciento sólo por ser mujeres, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) que llevó a cabo el INEGI en 2017.
A esto se suma, agregó el funcionario, que uno de cada cuatro hombres cree que las mujeres son violadas porque provocan a los hombres y que de cada 100 mujeres no urbanas hablantes de lengua indígena, sólo 9 cursan estudios superiores.
Por lo anterior, concluyó Hugo Villagómez, no podemos hablar de igualdad en la ley para hombres y mujeres sino de generar condiciones equitativas, ya que la discriminación indirecta “es una discriminación camuflada que no se puede comprobar directamente” y está presente en situaciones cotidianas como la asignación de empleos de menor responsabilidad, mayor carga de trabajo y menor sueldo a más mujeres o la falta de espacios femeninos en los campos científicos, tecnológicos o políticos, a pesar de que aparentemente no existan barreras para ello.
El especialista explicó que un número creciente de mujeres tiene que hacerse cargo de un núcleo familiar, o bien de parientes de la tercera edad, enfermos o con una discapacidad y al mismo tiempo hacer frente a una carga laboral ante empleadores que toman en cuenta estas circunstancias.
