Dudan que se pueda reactivar la economía

Economía Principal

Analistas estiman que el plan del Gobierno para enfrentar el impacto económico por el coronavirus derivará en una pérdida masiva de empleos y una caída prolongada del consumo.


El plan del gobierno para hacer frente a la crisis económica ocasionada por el coronavirus, sin el apoyo a empresas, ni medidas fiscales para estimular a la economía, conducirán a una mayor contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en este año, lo que elevará el riesgo de más recortes en la calificación crediticia del país.

La institución financiera Bank of America (BofA) prevé que este año la economía mexicana se contraerá 8 por ciento; sin embargo, el plan procíclico del presidente Andrés Manuel López Obrador eleva el riesgo de una caída más severa, pues no ha anunciado apoyos a empresas que estén en riesgo de cerrar por el impacto del coronavirus.

“El presidente de México anunció el 5 de abril su muy esperado plan para enfrentar la emergencia económica del coronavirus. Rechazó enfáticamente las políticas anticíclicas y de emitir más deuda. Más bien, planea continuar haciendo más de lo mismo: programas sociales, inversión en la refinería y otros proyectos de infraestructura y más austeridad”, comentó BofA.

“Así que en realidad no anunció un nuevo plan económico y tampoco hizo un fuerte ajuste económico, lo que probablemente decepcionará a los dueños de negocios que estaban esperando un apoyo más decisivo. La falta de acción del gobierno probablemente conducirá a la reducción de negocios”, agregó la institución financiera.


Mientras que Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs, avizora una contracción económica más profunda, tras conocer el plan de apoyo del gobierno.

Dicho banco ajustó su pronóstico para la economía mexicana y ahora espera una contracción de 4.3 por ciento para este año, desde la estimación previa de 1.6 por ciento.

“A pesar de que el contexto macro se deteriora rápidamente, la administración de AMLO sigue siendo reacia a validar un paquete de estímulos fiscales significativo, a pesar de beneficiarse de un mayor espacio fiscal que muchos de sus grandes pares de mercados emergentes”, indicó.

Para el economista, el gobierno mexicano parece interesado en enfocar el esfuerzo fiscal en la población más vulnerable, expandiendo la red de seguridad social, y sigue ideológicamente indispuesto a comprometer recursos fiscales significativos para ayudar a las empresas del sector privado a navegar en la actual crisis.

Por su parte, Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, señaló que la decisión del gobierno de no presentar un plan de medidas contracíclicas, que incluya el apoyo a empresas, como el aplazamiento de impuestos, y la ausencia de medidas para evitar la pérdida de empleos ante la crisis del coronavirus, probablemente derivará en una pérdida masiva de empleos y una caída prolongada del consumo.

Agregó que debido a esto, el escenario optimista de una caída del PIB de 3 por ciento desaparece y en su lugar queda un escenario optimista con caída del 5 por ciento, otro escenario central de caída del 8 por ciento y otro pesimista de caída del 10 por ciento.

Para el IMEF, los apoyos anunciados por el gobierno para enfrentar la situación de emergencia son insuficientes y no reflejan una estrategia integral y efectiva para atacar de frente las causas del deterioro en la actividad económica.

Además, BofA estimó que este año se perderán miles de empleos derivado de la decisión del Ejecutivo federal, en contraste con lo que anunció el domingo el presidente sobre la creación de más empleos.

“Creemos que México verá pérdidas netas de empleos este año, en contraste con las expectativas de AMLO de 2 millones de nuevos empleos en los próximos 9 meses”, añadió la institución financiera.


Dudan que se pueda reactivar la economía
bulletAnalistas estiman que el plan del Gobierno para enfrentar el impacto económico por el coronavirus derivará en una pérdida masiva de empleos y una caída prolongada del consumo.


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El plan del gobierno para hacer frente a la crisis económica ocasionada por el coronavirus, sin el apoyo a empresas, ni medidas fiscales para estimular a la economía, conducirán a una mayor contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en este año, lo que elevará el riesgo de más recortes en la calificación crediticia del país.

La institución financiera Bank of America (BofA) prevé que este año la economía mexicana se contraerá 8 por ciento; sin embargo, el plan procíclico del presidente Andrés Manuel López Obrador eleva el riesgo de una caída más severa, pues no ha anunciado apoyos a empresas que estén en riesgo de cerrar por el impacto del coronavirus.

“El presidente de México anunció el 5 de abril su muy esperado plan para enfrentar la emergencia económica del coronavirus. Rechazó enfáticamente las políticas anticíclicas y de emitir más deuda. Más bien, planea continuar haciendo más de lo mismo: programas sociales, inversión en la refinería y otros proyectos de infraestructura y más austeridad”, comentó BofA.

“Así que en realidad no anunció un nuevo plan económico y tampoco hizo un fuerte ajuste económico, lo que probablemente decepcionará a los dueños de negocios que estaban esperando un apoyo más decisivo. La falta de acción del gobierno probablemente conducirá a la reducción de negocios”, agregó la institución financiera.

Mientras que Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs, avizora una contracción económica más profunda, tras conocer el plan de apoyo del gobierno.

Dicho banco ajustó su pronóstico para la economía mexicana y ahora espera una contracción de 4.3 por ciento para este año, desde la estimación previa de 1.6 por ciento.

“A pesar de que el contexto macro se deteriora rápidamente, la administración de AMLO sigue siendo reacia a validar un paquete de estímulos fiscales significativo, a pesar de beneficiarse de un mayor espacio fiscal que muchos de sus grandes pares de mercados emergentes”, indicó.

Para el economista, el gobierno mexicano parece interesado en enfocar el esfuerzo fiscal en la población más vulnerable, expandiendo la red de seguridad social, y sigue ideológicamente indispuesto a comprometer recursos fiscales significativos para ayudar a las empresas del sector privado a navegar en la actual crisis.

Por su parte, Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, señaló que la decisión del gobierno de no presentar un plan de medidas contracíclicas, que incluya el apoyo a empresas, como el aplazamiento de impuestos, y la ausencia de medidas para evitar la pérdida de empleos ante la crisis del coronavirus, probablemente derivará en una pérdida masiva de empleos y una caída prolongada del consumo.

Agregó que debido a esto, el escenario optimista de una caída del PIB de 3 por ciento desaparece y en su lugar queda un escenario optimista con caída del 5 por ciento, otro escenario central de caída del 8 por ciento y otro pesimista de caída del 10 por ciento.

Para el IMEF, los apoyos anunciados por el gobierno para enfrentar la situación de emergencia son insuficientes y no reflejan una estrategia integral y efectiva para atacar de frente las causas del deterioro en la actividad económica.

Además, BofA estimó que este año se perderán miles de empleos derivado de la decisión del Ejecutivo federal, en contraste con lo que anunció el domingo el presidente sobre la creación de más empleos.

“Creemos que México verá pérdidas netas de empleos este año, en contraste con las expectativas de AMLO de 2 millones de nuevos empleos en los próximos 9 meses”, añadió la institución financiera.

Otra de las consecuencias que previó BofA, con sede en Estados Unidos, luego del anuncio del domingo es el riesgo de que Moody’s y Fitch Ratings recorten las calificaciones del soberano, así como Standard and Poor’s lo hizo hace dos semanas.

“Creemos que las agencias calificadoras continuarán bajando la calificación de México en los siguientes días/semanas. Nosotros pensamos que Moody’s corte dos escalones a la vez. Fitch probablemente cortará al menos uno; S&P ya cortó uno”, aseveraron.

Para Siller, el menor crecimiento económico incidirá en una menor recaudación fiscal durante al menos dos años, por lo que también es probable que las calificadoras sigan ajustando a la baja la calificación crediticia de México.

Por su parte, Ramos apuntó que la combinación de un crecimiento débil, el deterioro del saldo fiscal, un aumento de los pasivos, el deterioro de la confianza empresarial y una credibilidad débil de la política, probablemente conducirán a rebajas en la calificación crediticia del país a corto plazo.

Nota original de El Financiero.