Gerardo Herrera

Ecoconciencia.

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Por: Gerardo A. Herrera Pérez

En las diversas intervenciones que realizo con distintos sectores de la sociedad, hablo permanentemente de la importancia de presentar un contexto en el que estamos viviendo todos y todas. Ese contexto genera crisis de diferentes formas y requieren ser atendidas.

En este sentido, diversos científicos sociales han realizado investigaciones sobre las cuestiones de la ecología, entre ellos Boaventura de Sousa Santos, el propio Papá Francisco, Humberto Maturana y desde luego Félix Guattari; éste último, filósofo de profesión, ha reflexionado sobre las tres ecologías. Guattari plantea que la tierra vive un período de intensas transformaciones científicas y como contrapartida se han engendrado fenómenos de desequilibrio ecológico que amenazan, a corto plazo, si no se le pone remedio, a la vida, a los seres vivos sobre su superficie.

Paralelamente a estas conmociones, los modos de vida humanos, individuales y colectivos, evolucionan en el sentido de un progresivo deterioro. Por ello, reflexiona sobre las cuestiones de la existencia de tres ecologías para explicar la crisis que vive el mundo y que por tanto vivimos, por un lado, la vida en el medio ambiente, la vida en sociedad y la vida en las mentes de las personas.

Existen esfuerzos internacionales para atender los peligros más llamativos que amenazan el entorno natural de nuestras sociedades, pese a ello, en general se limitan a abordar el campo de la contaminación industrial, pero exclusivamente desde una perspectiva tecnocrática, cuando en realidad sólo una articulación ético-política a la que denomina Guattari la ecosofía entre los tres registros ecológicos: medio ambiente, relaciones sociales y  subjetividad humana.

Para evitar que continúen las crisis en las tres ecologías, se requiere de una reactivación ecosófica (cualquiera que sea el nombre que se le quiera dar), sí no se produce se puede presagiar el ascenso de todos los peligros: tanto los naturales, sequias, inundaciones, lluvias, calentamiento global, pero también desde lo social el racismo, del fanatismo religioso, de los cismas nacionalitarios que tienden hacia nuevas posturas reaccionarias, los de la explotación del trabajo de los niños, de la opresión de las mujeres y un largo etcétera que genera opresión, diferencia, desigualdad e injusticia.

De no encontrar las salidas, pues no sólo desaparecen las especies, sino también las palabras, las frases, los gestos de la solidaridad humana. Y es que los medios de comunicación se utilizan para aplastar bajo una capa de silencio las luchas de emancipación de las mujeres y de los nuevos proletarios que constituyen los parados, los inmigrantes, los afrodecendientes, los indígenas, las personas de talla baja, etcétera.

“La ecología social deberá trabajar en la reconstrucción de las relaciones humanas a todos los niveles de la sociedad. Jamás deberá perder de vista que el poder capitalista se ha deslocalizado, desterritorializado, a la vez en extensión, al extender su empresa al conjunto de la vida social, económica y cultural del planeta, y en «intensión», al infiltrarse en el seno de los estratos subjetivos más inconscientes. Puesto que esto es así, ya no es posible pretender oponerse a él sólo desde el exterior mediante las prácticas sindicales y políticas tradicionales”. Se ha hecho igualmente imperativo afrontar sus efectos en el dominio de la ecología mental en el seno de la vida cotidiana individual, doméstica, conyugal, de vecindad, de creación y de ética personal.

En conclusión, las tres ecologías deberían concebirse, en bloque, como dependiendo de una disciplina común ético-estética y como distintas las unas de las otras desde el punto de vista de las prácticas que las caracterizan. Sus registros dependen de lo que Félix Guattari he llamado una heterogénesis, es decir, de procesos continuos de resingularización.

Necesitamos seguir trabajando en los espacios donde podamos contar con personas que están dispuestas a colaborar bajo un enfoque de ecoconciencia, donde comprendan que la vida y los seres vivos integran en unicidad con los elementos de la naturaleza el gran ser vivo que es la madre Tierra. Estas acciones ya las viene realizando Deportistas con causa en Lázaro Cárdenas, Por amor a mi tierra Apatzingán, OBC, o la comunidad de Rio Volga entre otras, para atender las necesidades del Parque Urbano Ecológico de Uruapan; o la organización Grupo de Facto Diversidad Sexual en Michoacán, a través de los cursos, talleres, conferencias, asesorías y muchas más acciones.