Morelia, Michoacán a 28 de agosto de 2018.- Desde hace más de 20 años el Cristo Abandonado se ha convertido en un refugio para decenas de ancianos que por adversidades de la vida no tienen un lugar para vivir, ni familiares con quien ir.
Las carencias son muchas y las visitas son pocas, es por eso que cada vez que acude alguien al asilo, los ancianos se vuelcan para conversar con el visitante mientras toman el sol en el patio, aunque algunos, por costumbre a la soledad o simplemente por la desconfianza prefieren quedarse callados observando al visitante a lo lejos mientras continúan con sus actividades cotidianas, las cuales se complican debido al deterioro de su cuerpo.
Actualmente más 70 adultos mayores son los que residen en este albergue y que además padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico, diabetes, depresión, entre otras enfermedades con las cuales los ancianos conviven desde que despiertan y hasta ya entrada la madrugada cuando el cansancio los vence o cuando la monotonía del lugar, la soledad o sus dolencias los aburren y prefieren dormir para evadir su realidad, azar que al despertar será lo mismo hasta que la muerte los acoja.
