En la opacidad y hermetismo, conmemoran 10 años de los granadazos

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Se reconoce el evento como único atentado terrorista contra población civil en México.

Morelia, Michoacán a 14 de septiembre de 2018.- Mutilados, con esquirlas en el cuerpo y familiares muertos, este 15 de septiembre más de cien familias conmemoran 10 años del primer atentado cometido contra la población civil en la historia de México: los granadazos del 198 aniversario del “Grito de Independencia”, en Morelia.

Al dolor por las pérdidas humanas y los daños físicos que 132 personas sufrieron en el evento, se suma la indiferencia de las autoridades y la impunidad, pues a 10 años del suceso, aun no se ha esclarecido los móviles que llevaron a los presuntos autores materiales a cometer este crimen.

El ataque se ejecutó con la detonación de dos granadas de fragmentación en dos puntos cercanos del centro histórico de Morelia, en el clímax de la ceremonia, cuando el entonces gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, hacía sonar la campana y daba el tradicional grito de “Viva México”.

Antes de que dejara de sonar la campana y los vitores de los asistentes, un fuerte estruendo seguido por gritos interrumpió el festejo.

La primer granada fue detonada en la Plaza Melchor Ocampo, justo frente al gobernador, donde tradicionalmente se concentra la mayor cantidad de asistentes al festejo, ahí, en medio de la explosión perdieron la vida de manera instantánea, tres personas, cuyas cuerpos despedazados quedaron expuestos ante las cámaras de los cientos de fotógrafos que había en el lugar.

Entre la confusión, otras tantas personas se arrastraban sin piernas, sin brazos, sin ojos, con la ropa ensangrentada por la plaza, clamando por ayuda…cuando otra explosión se escuchó.

Varios metros más adelante los atacantes arrojaron una segunda granada de fragmentación en la esquina de la calle Madero con Andrés Quintana Roo, donde quedó el cuerpo sin vida de otra persona. Los charcos de sangre en las calles y los muros se extendían con las pisadas de quienes huían despavoridos.

De acuerdo con testigos del evento, no fue tan fuerte el ruido de la explosión, como el del tumulto de gente, que hizo temblar las casas y retumbar los cristales en las viviendas mientras una multitud de 30 mil personas aterrorizadas por lo que acababan de presenciar trataba de salir del lugar.

Hasta el día de hoy, ningún grupo delictivo u organización criminal se adjudicó los atentados, pero prevalece la versión de que detrás de estos operó un cártel, no obstante, tal versión nunca fue oficializada, mientras que las víctimas reconocen que este año, por primera vez, se les ha dado un apoyo económico y moral por parte del gobierno estatal.

En medio del hermetismo, se llevó a cabo una investigación que derivó en la detención de dos personas, supuestamente coludidas con la organización criminal de La Familia, que en aquel entonces mantenía la hegemonía en la entidad, no obstante, tanto esta como la organización de Los Zetas, se deslindaron de los ataques; al igual que el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Si bien los detenidos en un primer momento confesaron ser integrantes de Los Zetas, posteriormente se retractaron y trascendió la versión periodística de que fueron coaccionados bajo tortura, por lo que sigue sin esclarecerse plenamente la responsabilidad sobre este hecho que hasta el día de hoy, tiene repercusiones en la vida política, económica y social de la entidad.

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