- Coronas de flores, trajes negros, elementos armados y lágrimas desfilaron en Palacio de Gobierno para despedir a Humberto Suárez, Arturo Esquivel, Germán Ortega y Martín Godoy.
Morelia, Michoacán. Coronas de flores, patrullas, policías, reporteros, funcionarios vestidos de luto y sus respectivos séquitos con cámaras que no les permitirán accionar fueron ingresando a cuentagotas al Palacio de Gobierno esta tarde, mientras se interrumpía la circulación vehicular y los visitantes del Centro Histórico seguían su rutina con su cotidiana indiferencia ante lo que aparentaba ser un acto protocolario más.
Estaba por iniciar el homenaje póstumo a cuatro funcionarios que perdieron la vida en un accidente aéreo cuyas causas aún se están investigando. De acuerdo con el fiscal general del estado, Adrián López Solís, el día de hoy arribaron expertos en aeronáutica civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes al área del desplome para hacer una investigación que luego se complementará con los dictámenes periciales.
Llegaron los ataúdes de los pilotos Humberto Suárez y Arturo Esquivel, así como el hasta ahora titular del Seguro Popular en el estado, Germán Ortega y la emblemática figura de Martín Godoy Castro, quien durante años fue procurador de justicia y recientemente fue nombrado secretario de Seguridad Pública.
El gobernador lloraba.
Lloraban también discretamente algunas personas de la audiencia, también lloraban las hijas del mandatario. Otros permanecían de pie silenciosos mientras Silvano Aureoles ofrecía un discurso. “Muchos de los logros que hemos conseguido no podrían explicarse sin el desempeño de nuestros compañeros”, aseguró.
“El Gobierno de Michoacán está de luto”, dijo en dos ocasiones Aureoles. “Compañeros, amigos, descansen en paz y estarán siempre en nuestro corazón”, pronunció entre lágrimas.
Desfilaron por el recinto incluso los que cuestionaron el desempeño de Godoy Castro, su intención de ser fiscal, su nombramiento por parte de Alfredo Castillo.
En la invitación advirtieron que no se concederían entrevistas, pero las hubo. Vestidos de negro pasaron por las cámaras y micrófonos Adrián López Solís, Carlos Herrera Tello, Víctor Manuel Serrato Lozano y hasta Guillermo Valencia.
Este último, aseguró nunca haberse manifestado en contra del trabajo de Godoy y sólo de Alfredo Castillo y aseguró haber trabajado en conjunto con el entonces procurador, que además se negó a cometer una supuesta injusticia en su contra.
“No sé cómo hay gente que le da gusto esto. La gente no debe terminar así y si algo hizo mal que se aplique la ley, que se haga justicia, pero no puede alegrarnos la muerte trágica de estas personas”, declaró el autodenominado luchador social, que se caracteriza por apresar y juzgar supuestos delincuentes y exhibirlos en redes sociales para un linchamiento público sin respeto a la presunción de inocencia.
“En lo personal ni lo celebro, al contrario”, concluyó.
Afuera, algunos periodistas conmemoraban algunos sucesos pasados, las recientes acusaciones de presuntos actos de tortura de quien fuera el segundo al mando de Godoy, Carlos Gómez Arrieta, las acusaciones de presuntas víctimas de injusticias, el paso de Castillo.
Adentro, el gobernador todavía lloraba. “Disculpen si se me quiebra la voz pero es difícil sustraerse de un suceso tan inesperado”, justificó. Más tarde sería reconfortado por todos los miembros de su gabinete en lo que se convirtió en un desfile interminable de abrazos políticos que duró cerca de una hora. Las viudas también recibieron algunos gestos de solidaridad.
“Fracturas expuestas, exposición de víceras, exposición de masa encefálica, traumatismo en el cráneo”, fue lo que observó López Solís al hacerese presente en el examen forense. “Pude observar que son heridas propias de un evento de esta naturaleza” indicó, aunque acotó que todavía no ha recibido el informe respectivo y que son sus apreciaciones personales.
