Con cánticos religiosos y rezos chocó la marea celeste contra las puertas del recinto legislativo. Algunos ingresaron al foro y otros permanecieron hincados afuera.
Ataviados de blanco y azul, grupos provida ingresaron al Congreso del Estado minutos antes de que iniciara el foro “Regulación, estigma y sentencia social: la difícil decisión de una mujer”, algunos permanecieron fuera del recinto, una vez que se tomó la determinación de cerrar las puertas y se hincaron a rezar.
Dentro del recinto, la audiencia en su mayor parte identificada con esta ideología, cuestionó las ponencias con argumentos como “el embrión es una persona”, “el Misoprostol da cáncer” o “en Michoacán todos hablamos español” y se mostró agresiva e intolerante al interrumpir a los ponentes y no permitir la réplica a sus argumentos.
En el transcurso del foro participaron el doctor Alfonso Carrera, la académica Lourdes Enríquez y la activista por los derechos de las mujeres Verónica Cruz Sánchez, quienes disertaron desde su ámbito de especialidad, ante las imprecaciones e interrupciones del público.
“Los derechos surgen a partir de una inequidad. El respeto a la decisión de cada persona a su cuerpo es la ética que nos merece. Nosotros no tomamos decisiones por las mujeres, nosotros informamos y la Ley General de Salud lo soporta”, manifestó Carrera.
Por su parte, Enríquez recordó a los asistentes que vivimos un Estado laico y que como tal, además de reconocer y proteger las libertades religiosa, de expresión y de pensamiento, debe garantizar la libertad de conciencia y de convicciones éticas de todas las ciudadanas, por lo que si una de ellas decide interrumpir un embarazo dentro del ámbito legal que permita su entidad federativa, se debe acatar la normativa.
“No puede un director de un servicio de salud reproductiva no cumplir la ley cuando la ley dice que interrumpa un embarazo bajo ciertas causantes legales”, precisó, al recordar que las convicciones personales de un servidor público deben dejarse de lado.
En el aspecto social, Cruz Sánchez destacó que el impedir a una mujer ejercer sus derechos reproductivos las ata a un grado de dominación, cuando el Estado debiera considerar a una mujer lo suficientemente capaz de tomar sus propias decisiones y cuestionó a los grupos conservadores:
“tenemos una violencia generalizada contra las mujeres, asesinatos contra seres humanos en toda esta guerra de criminalidad y no los veo estar a favor de la vida de las personas que están asesinando, a las personas nacidas vivas”.
Mientras tanto, los manifestantes afuera del recinto legislativo atendían con rezos a un “herido”, quien metió el pie contra la puerta intentando evitar que se cerrara y se lo machucó. El señor se acostó en el piso y entre lloriqueos increpó a Arturo Hernández, un diputado local del PAN que iba pasando y se acercó a tratar de ayudarlo: “llama a una ambulancia, no te me quedes viendo”.
La ambulancia llegó y trasladó al “herido”, al que sus compañeros manifestantes ya le habían hecho la señal de la cruz con un ungüento que aplicaron sobre su tenis y le habían proporcionado un suero para beber. Entre 400 y mil 350 pesos cuesta a la Cruz Roja movilizar una ambulancia.
