En un evento inédito, el país afrontará una crisis con migrantes centroamericanos
Morelia, Michoacán a 20 de octubre de 2018.- Una imagen se repite en diversas partes del mundo: cientos de migrantes huyendo de la violencia tratando de cruzar fronteras para buscar una vida mejor. Este viernes, México por primera vez en su historia tuvo que afrontar la difícil situación, cuando la caravana migrante, proveniente de Honduras, derribo los muro de contención e ingresaron por la fuerza al territorio nacional.
Este hecho inaudito en el país, polarizo la opinión publica en torno al fenómeno migratorio que se vive a nivel mundial, pero de manera especial, hacia la crisis de refugiados políticos que atraviesan las fronteras en Turquía, Italia, Colombia, España y ahora México, que pondrá a prueba por primera vez su orgullosa tradición de solidaridad ante los migrantes.
En redes sociales, se leen posturas encontradas, por un lado quienes simpatizan con la causa migrante, y aludiendo la propia tradición migrante de México, iniciaron campañas de apoyo, hashtags y contenidos virales en apoyo a los centroamericanos.
Por otra parte, quienes repudian la presencia de los migrantes, los califican de “Maras”, “criminales” o de venir a ocupar los puestos de trabajo, bajo el argumento de que “en México no hay ni para los mexicanos”.
Tal fue la reacción pública, que el propio presidente, Enrique Peña Nieto, se vio obligado a pronunciarse en torno al hecho, no obstante, evitó llamar a la solidaridad con los migrantes y por el contrario, explicó que la contención que se trató de hacer por parte de la Policía Federal, fue con la finalidad de permitir un ingreso ordenado y pacífico, pero este fue violentado por las personas desesperadas por ingresar al país.
Así, hasta la madrugada de este sábado, el Instituto Nacional de Migración (INM), reportó que 220 migrantes de la caravana habían sido registrados como solicitantes de refugio en México, pero el resto continúa hacinado en el puente fronterizo, en espera de que las autoridades les permitan el ingreso, repitiendo una vez más la escena que se ha visto en otras partes del mundo: migrantes convertidos en refugiados, aglomerándose en campos improvisados, esperando por ayuda humanitaria.
