Hilda Mesh

INSOMNIO O AGRIPNIA: principal trastorno de sueño por cuarentena COVID-19

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El confinamiento puede provocar síntomas psicológicos como estrés, mal humor, nerviosismo o trastornos de sueño, el organismo se ve sometido a exigencias desmesuradas, que en conjunto pueden provocar insomnio. 

La actual crisis sanitaria y sus efectos (confinamiento, trabajo en casa, escuela en casa, pérdida de empleos, etc.) está generando en muchas personas cuadros de estrés y ansiedad, los que a veces desencadenan trastornos del sueño.

El cambio de las rutinas previas, la adaptación al trabajo en casa, el manejo de escuela en casa, las incertidumbres laborales y la preocupación por la enfermedad en el entorno familiar, son un “cóctel” de cultivo para impedir el adecuado descanso nocturno. 

El sueño es un elemento fundamental para la salud del organismo. Cuando esté se ve interrumpido, se altera la capacidad de concentración, el control de los impulsos e incluso, se puede ver distorsionado el sistema inmune, que sirve para regular el sistema defensivo del organismo.

Cuatro grados de estrés. 

  • En el primero existe una “sobre alerta, un aumento de la autoexigencia”. 
  • En el segundo grado, empiezan a haber “dificultades de sueño y disminuye la energía”. 
  • En el tres, “se ve afectada la concentración y la capacidad de rendimiento”.
  • Y en el grado cuatro “ocurre el colapso”.

Con un cuadro de estrés grado dos, se puede producir una disminución en la calidad reparatoria del sueño, y dificultad para dormirse o mantenerse dormido, un claro mensaje de que el cuerpo está siendo sobrepasado.

El sueño tiene dos reguladores:

  • El ciclo de luz y oscuridadsi por la cuarentena, nos estamos despertando más tarde, nos estamos perdiendo la luz solar de la mañana, la cual es clave para que el cerebro sepa que dentro de 12 o 14 horas llegará el momento de dormir.
  • El cansancio: en el transcurso del día nuestro cuerpo se mantiene activo y cuando llega la noche siente la necesidad de descansar. Pero si hacemos menos actividad física porque estamos encerrados, eso incidirá en nuestro sueño.

Algunas situaciones que afectan nuestro sueño son: 

  • Ir a la cama más tarde 

Se conoce como “retraso de fase”, que se da cuando un cambio en nuestra rutina afecta nuestro sueño. Es decir, están sintiendo la necesidad de irse a dormir más tarde y con ello, retrasan la hora de levantarse, con lo cual las horas de productividad tanto a nivel laboral, familiar y social, se están viendo reducidas. 

  • El trastorno por pesadillas 

Ocurre cuando el contenido de los sueños es muy realista, muy vívido, o porque reflejan situaciones que nos producen ansiedad. Situaciones desagradables en las que nos cuesta escapar de un sitio, hay un enfrentamiento o una pelea. 

Este trastorno se ve agravado cuando hay situaciones en nuestra vida diaria que aumentan nuestros niveles de estrés y ansiedad. De alguna manera nuestro subconsciente lo plasma en nuestros sueños. 

  • Irritabilidad 

Estudios han demostrado que las personas que duermen menos horas presentan niveles de ansiedad más elevados. Durante el día, estas personas no tienen ganas de hacer cosas, pierden interés en actividades que antes les apetecían, les falta la energía. Se pueden mostrar irritables por la falta de sueño y todo esto, en el marco de la cuarentena. 

  • La fusión

Muchas personas que se encuentran en cuarentena también experimentan problemas para concentrarse. Aunque estén trabajando en casa y se están ahorrando el tiempo de desplazamiento a su trabajo, en realidad lo que se están encontrando es que tienen que hacer más tareas en el hogar. 

Otras personas, “se abandonan”, es decir; como no tienen que salir de casa, se quedan todo el día en pijama y se produce una desorganización de los hábitos diarios. Pueden hacer las cosas cuando quieran, se despiertan cuando quieran, se acuestan cuando quieran, comen cuando quieran. Esto al final vuelve loco al ritmo biológico interno. 

  • Microdespertares

La preocupación en exceso no sólo nos lleva al insomnio. Hay personas que están experimentando lo contrario: hipersomnia. Tienen una sensación de pesadumbre, de abatimiento propios de estar metidos en un domicilio por un mes, como ha sucedido en algunos países.

Los efectos de la cuarentena conllevan a un proceso de deterioro paulatino, al principio la gente está en un estado de alerta y de reaccionar rápido, pero después empieza una fase de desgaste. 

No sólo se trata de la dificultad para conciliar el sueño, sino para mantenerlo, podemos despertarnos varias veces durante la noche porque el nivel de activación que tenemos durante el día es muy elevado. Al no estar tranquilxs, los microdespertares que ocurren entre cada ciclo del sueño se hacen más conscientes. 

Los neurólogos también hablan del despertar precoz, que consiste en despertarse antes y no poder volver a conciliar el sueño por el resto de la noche.

  • Ser radicales con los pensamientos negativos 

Es fundamental que durante la pandemia y la cuarentena se regulen los pensamientos negativos. “Me voy a contagiar , me van a despedir, vamos a estar un año entero en cuarentena”, etc, son ideas que nos pueden provocar mucha zozobra y que afectan nuestro bienestar y nuestro patrón del sueño. 

Son cosas que no han ocurrido, tenemos que intentar centrarnos en lo que está ocurriendo, en el aquí y en el ahora; “Estamos en casa, estamos bien, tenemos comida, no me han notificado nada de la empresa”, etc. basarse en datos objetivos y reales. No se trata de buscar un pensamiento positivo, sino de ser realistas para contener ese miedo anticipatorio. 

Durante el día tenemos que poner el foco de nuestra atención no en lo que pudiese ocurrir sino en lo que está ocurriendo y durante la noche, lo mejor es frenarlos: “Ya, basta. Ahora no me toca pensar en esto”. Hay que cortar el pensamiento de manera radical para poder pensar en algo agradable y poder descansar. 

Mi Recomendación terapéutica 

  • Establecer un tiempo para preocuparse (worry time)

Sí, así como lo leen, si los pensamientos negativos son persistentes, es importante tener un “worry time” (tiempo para preocuparse). Vamos a establecer un momento del día, nunca de la noche, en el que vamos a dedicarnos voluntariamente a preocuparnos de aquello que nos moleste. Los pensamientos se silencian más fácilmente si tienen un momento en el que pueden salir. Así es que si les vamos a permitir que aparezcan en un determinado momento, el resto del día dejan de molestarnos. 

La cuarentena representa un gran desafío para millones de personas, independientemente de la edad, y es clave tener en cuenta que no sé está solx y que se debe pedir la ayuda no sólo de familiares y amigos sino de profesionales de la salud y de redes de apoyo. 

Hilda Mesa 

PSICOTERAPEUTA 

FB/ HildaMesh 

Email: mhmh2882@gmail.com