La cocina y bodegas de herramientas, sitios de mayor riesgo para víctimas de violencia familiar

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  • Los hogares son los lugares en donde las mujeres suelen sufrir más violencia pero dentro de ellos hay sitios que constituyen un mayor peligro y es donde hay objetos punzocortantes, señaló Pablo Navarrete Gutiérrez, consultor en Derechos Humanos y Género.

Morelia, Michoacán- Entre las recomendaciones que dan instituciones y especialistas a las mujeres que sufren de violencia en su hogar están el que procuren retomar los vínculos sociales, que eviten la cocina y los espacios donde se guardan llaves y herramientas y que de ser posible escondan objetos punzocortantes.

Pablo Navarrete Gutiérrez, consultor en Derechos Humanos y Género, indicó que el hogar es el lugar donde más suelen sufrir violencia las mujeres ya que constituye el espacio de dominio del agresor y que esto se ha visto potencializado con el confinamiento.

Además del estrés que genera en sí el confinamiento, hay otros factores que contribuyen a acrecentarlo, indicó el activista, como la pérdida de empleos, los espacios reducidos en que viven muchas familias y el síndrome de abstinencia que están padeciendo los agresores que consumen alcohol y otras substancias.

El especialista emitió una serie de recomendaciones a las víctimas de violencia física de género y entre ellas está alejarse de las zonas de mayor riesgo, como la cocina o los espacios donde se guardan herramientas y tener convenido con los hijos espacios donde puedan encerrarse como el baño o lugares con puertas metálicas.

También se recomienda retomar los lazos de amistades o familiares, ya que los agresores tienden a aislar a sus víctimas y estas redes podrían representar una ayuda, en el momento en que la víctima decida escapar o llamar a los números de emergencia.

En lo que va del año, no ha habido un solo municipio del país en donde no se haya reportado violencia de género, señaló Navarrete y en estos primeros meses ya fueron asesinadas 964 mujeres, lo que significa que diariamente son privadas de la vida en promedio 10.5 mujeres.

“Tenemos que hacer una revisión muy cuidadosa de que un asunto se está convirtiendo en una emergencia de derechos humanos”, alertó. “La cuarentena ha servido para que mostremos nuestras verdaderas realidades y en el terreno de la violencia machista la primera forma de reacción al estrés es la violencia”.

Para Pablo Navarrete la sociedad mexicana actual resulta permisiva ante la violencia de género y esta es una realidad que tendría que cambiarse, de manera que si los agresores no sufren condenas judiciales al menos se enfrentarán al rechazo social.

Por otro lado, observó que las víctimas tienden a ser cuestionadas por no abandonar el hogar donde ocurre la violencia cuando en muchos de los casos ello conlleva pone en riesgo su vida, además de que suelen tener niños o personas mayores a su cargo por cuya seguridad tienen que velar.

“Hay dos momentos en que las mujeres se ponen en una situación de riesgo mortal. La primera, cuando deciden denunciarlo. Hay un peligro latente de que el agresor pueda concretar su amenaza; y la segunda, cuando deciden separarse de sus parejas”, indicó.

Señaló que algunos agresores padecen adicciones o bien tienen antecedentes de violencia, acceso a armas de fuego o son parte del crimen organizado, además de que hay feminicidios en donde se emplean únicamente las manos como arma letal o medios de sofocación.

Agregó que la estrategia de las autoridades no debiera ser invitar a las víctimas a salir el hogar, ya que los refugios están saturados y la ley indica que a quien se tiene que hacer salir es al agresor, independientemente de quién sea propietario del inmueble.