Por: Erik Avilés
Ante la proximidad de la etapa regional de la Olimpiada Nacional 2018, máxima justa del deporte amateur en la nación surgen las interrogantes programáticas de cada año, respecto a las condiciones en las cuales arribarán nuestros representantes infantiles y juveniles a competir contra sus pares de otras entidades federativas.
Indefectiblemente, aparecen las áreas de oportunidad y las odiosas comparaciones con el arropamiento que reciben en otros estados respecto a lo que se les brinda a los atletas y entrenadores en Michoacán. Mucho hay que hacer para mejorar la preparación de los representantes michoacanos
El entrenamiento para una competencia de otro orden es mucho más que seguir trabajando al mismo ritmo, en las mismas condiciones, con los preparadores que los llevaron a obtener el pase a la etapa regional; implica más bien generar un punto de inflexión, un cambio cualitativo que les permita lograr grandes resultados en otras escalas.
Paralelamente, la integración de la selección estatal como equipo es también muy importante, ya que conformar identidad entre ellos e infundirles la trascendencia que tiene representar a la entidad federativa puede generar la diferencia entre un ciudadano promedio y un líder deportivo que durante toda su existencia lleve muy presente la experiencia de vida que está a punto de ocurrirle.
Es muy importante también dotarles de fogueo y eventos de preparación para conseguir ese punto de inflexión competitivo que implicaría posicionar a Michoacán como un estado líder en materia deportiva. Sin embargo, todo lo anteriormente descrito solamente podría materializarse si se invirtiese debidamente en este proceso, pero justamente este año, nuestra entidad federativa sufrió un enorme recorte en materia deportiva, por lo que difícilmente se contará con una selección estatal en Olimpiada Nacional que haga una enorme diferencia respecto al año anterior.
¿Quién se preocupa por promover y arropar a las selecciones de la Olimpiada Nacional? ¿Quién defiende el derecho al deporte de todos los michoacanos? Ambas son preguntas sin respuesta que son importantes para tenerse en mente en este proceso político-electoral, para comprometer a los candidatos que buscan nuestros votos y exigir que se diseñe la política pública que permita que el deporte amateur cuente con condiciones más dignas. No es correcto que únicamente sean los padres de familia quienes pongan todos los recursos de su bolsillo para poder preparar a sus vástagos para las competencias y en contrapunto sigan siendo las dependencias gubernamentales quienes reciban más recursos a manera de premio por el esfuerzo ciudadano por sostener el deporte en la entidad. Es tiempo de dignificar la etapa de preparación para la Olimpiada Nacional a partir de que los ciudadanos con cargo ejerzan sus atribuciones con responsabilidad y arropen a las selecciones sin que sean éstas quienes tengan que gestionar, o mejor dicho, mendigar apoyos.
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