La violencia contra las Periodistas Michoacanas

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Por: Circe López Riofrio

En un mundo donde la desigualdad y la violencia, esta tan enraizada y naturalizada contra las mujeres, cualquier denuncia que se atreva hacer una mujer, en este caso de ocupación periodista, será pasada escrupulosa y dolosamente por la mirada de su gremio, además de una mirada moral, donde por su puesto, se pondrá en duda no sólo su palabra sino toda su vida, profesionalismo y desempeño, pero la cosa no quedará ahí, sino también será puesto en duda su desempeño como mujer, como madre, su vida íntima y sexual, entre otras críticas y las que se junten, tal vez incluso cosas de las cuales ni ella tenía conocimiento.

Mientras que los señalados como agresores inmediatamente harán uso de todas sus relaciones jerárquicas y de poder para “exigir que no se ponga en duda su honor” sin cuestionamiento alguno, es decir, harán presiones que los pactos patriarcales, permiten y viabilizan, en los que el silencio tiene un valor, económico por supuesto, que se traduce en credibilidad, y que les coloca públicamente como respetables, “hombres respetables”, padres respetables, profesionales respetables, etc. etc. etc.

Los señalamientos desde la clandestinidad que hacen las mujeres es para defenderse mientras que la defensa del honor, de los hombres, se coloca públicamente para agredir y violentar, y eso demuestra que este sistema político del patriarcado, que sostiene el machismo y el sexismo, dan como resultado un mundo con profundas injusticias y no sólo eso sino que somete a las mujeres en un abismo en el cual tendrán que demostrar que su palabra vale, que vivieron esa violencia y donde se supone tienen derechos humamos y laborales, y que desafortunadamente estos no les alcanzan para defenderse de la violencia institucional y social que ejercen las empresas de medios de comunicación, y que tampoco han hecho manifiesto público alguno sobre algunas medidas que emprenderán al interior de sus empresas para prevenir la violencia contra las mujeres, ante los señalamientos que sus conductores y colaboradores han tenido, y que de no hacerlo de alguna manera los hace cómplices de los agresores.

Cabe destacar que la Comisión Estatal de Derechos Humanos, no ha realizado pronunciamiento al respecto, lo que resulta lamentable que un organismo que se supone autónomo, no fije una posición respecto a la violencia contra las mujeres periodistas michoacanas que han sido agredidas, tal vez es un buen momento de pensar que ante el relevo que se acerca, pueda exigirse con criterios más altos los perfiles que conformaran a quien ocupe la presidencia, aunque las malas lenguas señalan que esta será ocupada por alguien a fin al partido revolucionario institucional o al partido verde ecologista, ya que eso es un pacto que se estableció en los altos niveles del poder, y que no se puede constatar porque son clandestinos, en lo oscurito.

Recordemos que la violencia contra las mujeres no es nuevo cuando de empresas de comunicación se trata, la disyuntiva radica en la libertad de expresión, cuándo si y cuándo no, pero si hemos visto campañas que pueden generar una situación de confrontación, crítica y cuestionamiento al gobierno en turno y que por supuesto este último no quiere enfrentar, derivado de los intercambios económicos a través de los contratos que se establecen de mutuo acuerdo y en beneficio de ambos.

Considero que esta situación de violencia contra las mujeres periodistas, es una gran oportunidad para la Fiscalía General de Justicia de Michoacán para demostrar su autonomía y credibilidad, poner en el centro de la justicia a las víctimas, y construir elementos que permite el nuevo sistema de justicia penal para acceder a la justicia de las mujeres y que tendría que realizar un ejercicio profesional y ético.

También tendrían que revisar los delitos contra las mujeres, del código penal, de la mano con el Poder Legislativo, por ejemplo, es urgente la derogación de delito de ataque al honor por la vía penal, ya que esto permite castigar a las mujeres que deciden ejercer su derecho fundamental a la libertad de expresión y hacer pública la violencia de su agresor. Largo muy lago trabajo hay que hacer, espero que este momento sea un oportunidad para transitar a mejorar y aceitar el sistema de justicia para las mujeres, todas, ahora fundamentalmente para las periodistas, mis compañeras y amigas.

LUCERO CIRCE LÓPEZ RIOFRIO

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