Gerardo Herrera

Las mujeres siguen viviendo violencia

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Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial se han diseñado e implementado distintos instrumentos jurídicos internacionales y de políticas públicas para apoyar la prevención de la violencia de género; aquellas políticas que prescriben la igualdad y no discriminación, de prevención de la violencia, el desarrollo, paz social y paridad entre otras; al parecer, y toda vez que no cambia la situación de la violencia de género, continuamos con un modelo social que sigue sometiendo,  controlando y regulando los cuerpos de las mujeres, en donde los hombres tenemos privilegios.

Deconstruir la masculinidad de un Sistema de Género androcentrista, sexista, machista y misógino, es una alternativa; también podría  coadyuvar educar  en la primera infancia, así como reeducar a los adultos; se debería también fortalecer mecanismos de participación y colaboración en la sociedad,  en donde el hombre logre comprender que el espacio público es para la participación de mujeres y también de hombres, en igualdad de circunstancias. Como el hecho de acceder en igualdad de condiciones al trabajo doméstico. 

/ Foto: Ner

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, señala que en México, un dato terrible,  casi 7 de cada 10 mujeres han sufrido violencia, y el 43.9% han sido agredidas por su esposo, pareja o novio. También se señala que 8% de las mujeres ha sufrido violencia y pensado en suicidarse, y el 3.4% lo ha intentado.

Más allá de las cifras, es importante sumar también las narrativas de dolor y desesperanza que ha generado entre la población las muertes de mujeres; de que sirven las cifras, ¿acaso con ello se bajan los niveles de violencia y muerte?

En este sentido, el Estado mexicano, derivado de sus reformas constitucionales de 2011, debe armonizar sus normas y el diseño de política pública en el marco de  los instrumentos internacionales en materia de género y atender a los órganos de competencia; en concreto me  refiero a dos instrumentos sobre el tema: el Comité de Expertas de la Convención para la eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés) y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, también conocida como Convención de Belem Do Pará.

 Hoy desde Apatzingan sigo trabajando a favor del proyecto de las mujeres sin violencia, no soy mujer, pero soy un hombre comprometido con ellas. 

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