Las vacaciones y los actores del sistema educativo

Columnistas

Por: Erik Avilés Martínez

En estos momentos, el sistema educativo nacional se encuentra prácticamente en receso absoluto, debido al periodo vacacional de verano, establecido en el calendario escolar respectivo.

Sin embargo, sería erróneo asumir que todos los actores intervinientes se encuentran descansando y olvidados de sus responsabilidades. En estos periodos es cuando precisamente se dan los mayores movimientos en aguas profundas, los cuales generarán a su vez, las transformaciones que próximamente serán del dominio público.

Un signo de lo que pudiera estar gestándose durante los tiempos actuales es que, mientras el debate coyuntural pareciera haber desenfocado al ámbito educativo de las primeras planas, en contraste, sus líderes de opinión aprovechan para tratar en sus espacios respectivos los temas educativos de fondo, ignorando llanamente el análisis plano de las noticias producto de la cotidianeidad. Por ende, estamos viviendo un periodo particularmente rico en reflexiones educativas en los diarios, revistas y medios digitales, por lo que vale la pena dedicar unos minutos al día a revisar los editoriales.

Destacan por su inminente preponderancia, después de haber resultado vencedores en el pasado proceso electoral, los actores políticos que próximamente recibirán un cargo educativo, ya que en este periodo se encuentran cabildeando, tejiendo alianzas, construyendo planes de trabajo y socializando ideas que pudieran constituirse en futuras medidas de política pública.

Paralelamente, los funcionarios de los diferentes órdenes de gobierno, en este periodo escalonan sus guardias para continuar sus respectivas actividades de planeación y ejecución de procesos que no se detienen durante las vacaciones, ya que todo debe de estar listo en tiempo y forma para el retorno a clases.

Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil, los centros de pensamiento y los activistas educativos aprovechan para recapitular el camino andado, para realizar propuestas de política pública, realizar estudios e investigaciones y preparar la ruta venidera de acciones y pronunciamientos para impulsar el derecho a aprender.

Los maestros, además de tener la necesidad de realizar actividades recreativas para liberarse del burnout o desgaste profesional que ataca hasta a cada uno de cada tres docentes en servicio, llevan sobre de sí la responsabilidad de capacitarse para el nuevo ciclo escolar, paralelamente a los requerimientos de rigor que la normatividad aplicable en el rubro les impone. Por esta razón, en tiempo de asueto muchos maestros cursan seminarios, diplomados, licenciaturas, maestrías, doctorados, leen libros, toman cursos en línea y se preparan para ser mejores docentes.  Aunado a lo anterior, en casa revisan sus archivos y los depuran. Releen sus libros y a su vez fungen como tutores educativos de sus propios hijos.

Los estudiantes, en su gran mayoría descansan por completo del proceso educativo y se entregan al ocio, mientras que una minoría aprovecha sus vacaciones para tomar clases remediales, para repasar en casa, para inscribirse en un curso de verano, para leer libros, tomar cursos en línea, adelantar materias o realizar algún viaje de intercambio. Es precisamente por esta razón que, de acuerdo con investigaciones realizadas al respecto, la mayor diferencia entre el nivel de aprendizaje de los estudiantes se alcanza por el aprovechamiento diferencial del tiempo libre.

Los padres de familia suelen continuar con su vida profesional, por lo que difícilmente pueden liderar o supervisar el uso del tiempo que hacen sus hijos. Por la propia situación socioeconómica imperante en la nación, resulta imposible que los padres se deslinden de las actividades productivas, ya que durante el periodo vacacional es cuando precisamente deben reunir los recursos económicos suficientes para pagar las cuotas escolares, colegiaturas en su caso, la compra de uniformes, útiles escolares, libros de texto, calzado y materiales adicionales.

En conclusión, si bien hay un impasse aparente a nivel nacional, es tiempo valioso que bien puede aprovecharse para reinventarse, para actualizarse y para convertir las áreas de oportunidad en fortalezas. Con los fuertes vientos de cambio que soplan en la nación, sin lugar a duda, advendrán sorpresas con el inicio del ciclo escolar. Estemos atentos para leer los signos de los tiempos y poder actuar en consecuencia. Pero por sobre todas las cosas, es tiempo de aprovechar al máximo el tiempo y prepararse para los escenarios posibles que se están configurando.

Indudablemente, los hijos de Michoacán merecen un mejor ciclo escolar que el anterior, el cual fue mejor que los del resto de este siglo pero aún deja indicadores sumamente perfectibles para que el Ciclo Escolar 2018-2019 marque un punto de inflexión cuantitativa y cualitativamente hablando, que posibilite que los sueños y aspiraciones de los michoacanos se alcancen con basamento en las mejores condiciones que ofrezca el sistema educativo estatal para garantizar su derecho a aprender y a desarrollarse integralmente.

Con todo lo dicho anteriormente, le pregunto respetuosamente a usted, amable lector, ¿qué uso le está dando a estas vacaciones escolares?

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

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