Lo que dice la ciencia sobre dormir con el móvil en tu almohada

Principal

Sí, acostarte con el móvil podría ser malo para tu salud. Pero no por una cuestión de ondas y radiación, de cuya relación no existe evidencia alguna, sino por una cosa mucho más sencilla: la luz.

Los humanos somos seres profundamente marcados por nuestro reloj interno, el cual es controlado por la luz y otros estímulos. Irse a la cama con el móvil, con la tablet o con otro dispositivo electrónico podría provocar efectos adversos inesperados. ¿Qué dice la ciencia al respecto?

El problema de la luz azul

Los seres vivos estamos controlados por un reloj biológico conocido como ritmo circadiano. Grosso modo, este tiene la culpa de que nos sintamos más cansados a ciertas horas, que nos siente peor la comida por la noche o que durmamos peor. El ritmo circadiano está controlado por muchos factores. Pero, sin duda, el más importante es la luz.

La luz regula la segregación de melatonina, que es la hormona que regula el estado fisiológico que nos lleva al sueño, entre otras muchas cosas. Así, durante el día no se segrega apenas, mientras que cuando llega la luz rojiza del atardecer comienza su producción por parte la glándula pineal. Horas después, bajo la oscuridad de la noche, la melatonina alcanza sus picos, induciéndonos al sueño.

Esto ocurre porque activa una serie de cascadas metabólicas, es decir, señales químicas y fisiológicas en nuestro cuerpo. Y aquí es donde encontramos el verdadero problema: la luz azul. Los móviles y tablets, así como otros dispositivos, emiten luces brillantes, especialmente dentro del rango de los azules.

La luz azul, que en la naturaleza está asociado al cielo diurno, es, con diferencia, la luz que más suprime la producción de melatonina. Es más, numerosos estudios, como los llevados a cabo por El Centro de Investigación Lumínica de Nueva York, han comprobado que la luz artificial es capaz de suprimir la secreción de melatonina. Además del rango de longitud de onda (que proporciona el color de la luz), otro factor determinante es la intensidad: cuanto mayor es, más se interrumpe el ciclo de secreción.

Con la parada de la melatonina se interrumpe el ciclo circadiano y la calidad del sueño desciende. Nuestro cerebro, ante los estímulos procedentes del dispositivo móvil, no entra en el estado de relajación necesario para dormir adecuadamente, el cual llega unos 45 minutos después (según los picos de melatonina) de que llegue la oscuridad.

La importancia de un buen sueño

Acostarnos con el móvil puede promover las causas del cáncer, de enfermedades cardiovasculares, de depresión… sí, y todo por culpa de la mala regulación del ritmo circadiano. Según la Organización Mundial de la Salud, reducir una sola hora de sueño de nuestras necesidades puede dificultar la concentración, y facilita la toma de decisiones incorrectas y la asunción de riesgos.

La falta de sueño ayuda a la aparición de enfermedades neurológicas y metabólicas. Como apuntábamos, también aumenta la posibilidad de padecer algunos tipos de cáncer, diabetes y un sinfín más de patologías. El sueño es importante, aunque no sabemos del todo por qué.

Es más, podemos decir con total seguridad que un buen sueño es imprescindible para nuestra salud. Hace ya un tiempo que sabemos que no es tan importante el tiempo que pasamos durmiendo como la calidad con la que lo hacemos. Cada persona tiene unas necesidades distintas, que oscilan entre las seis y las diez horas. Este tiempo es el necesario para completar de 45 minutos a una hora de sueño profundo.

No dormir bien se asocia a todos los problemas anteriores. Según las evidencias encontradas por el Instituto de Farmacología y Toxicología y Neurociencias de Atlanta, usar los móviles y tablets en la cama se asocia con no dormir bien. Esta relación es la que determina, realmente, por qué no debemos dormir junto a nuestro móvil: porque necesitamos descansar mejor para tener más salud. Los dispositivos electrónicos son un impedimento potencial probado para conseguir dicho descanso.

Con información de Xacata