- La muerte de un padre y su hija, abren nuevo debate sobre las políticas migratorias de México
Morelia, Michoacán a 27 de junio de 2019.- Cuando Óscar Alberto y Valeria, su hija, ingresaron a la calmada orilla del Río Bravo en Matamoros, sintieron que las aguas los recibían cual hospedante, pero no imaginaron que súbitamente los reclamaría como sus trofeos.
Así fue como el “Bravo del Norte”, como los mexicanos cariñosamente llaman a su río más caudaloso, cobró la vida de cinco personas el pasado domingo. Cinco inmigrantes que tenían tres cosas en común: huir de la violencia en El Salvador, cruzar el río limítrofe y llegar a los EUA para vencer el drama humano.
Sin clemencia las corrientes salvajes del bravo acuático los arrastró, dejándolos sin vida y sin esperanzas, entre ellas, las de Óscar Alberto y Valeria, de apenas un año y 11 meses, cuya fotografía resaltó en las páginas de los impresos mundiales, algo inusual.
La niña salvadoreña, atrapada en el interior de la playera de su padre, fueron echados por el río en una orilla donde compartían el espacio entre ramas secas, hojarascas y unas cuantas latas de cervezas.
En medio de una nueva política migratoria promovida por EUA a las fronteras mexicanas, en el cierre de la frontera sur, se agudiza la historia que está detrás de esta fotografía.
Nuevas rutas
Los que buscan atravesar los 4 000 kilómetros de suelo mexicano son, en su mayoría, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que desde hace más de dos décadas padecen una muy difícil situación económica y social, que los arrastra a huir de la violencia, marginalidad y miseria, y emprender el duro viaje al país del norte.
Esta movilidad ha generado una situación complicada por el crecimiento inesperado de los ciudadanos que piden el permiso de paso para llegar a EUA.
Luego del pacto Trump-López Obrador, para evitar el aumento de los aranceles a los productos mexicanos y una nueva firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), México radicalizó su control en la frontera sur, en un período de 45 días, para satisfacer lo establecido por la actual administración de EUA.
Tras este endurecimiento en las políticas migratorias ha generado que las nuevas olas de migrantes tengan que considerar nuevas rutas, y Michoacán es una de ellas.
“Michoacán no está en la ruta tradicional para ir hacia el norte, pero cada vez más están usando más al estado como una ruta alterna” afirmó contundentemente José Luis Gutiérrez Pérez, Secretario del Migrante (SEMIGRANTE) en la entidad.
Por las delimitaciones del estado transitan, según Gutiérrez Pérez, hondureños, en su mayoría, guatemaltecos y salvadoreños que por seguridad transitan.
Con el recrudecimiento de las políticas migratorias, los gobernadores de Morena de Chiapas, Tabasco y Veracruz, estados comúnmente transitados por los migrantes, reforzaron sus delimitaciones, haciendo que la entidad michoacana sea una “nueva ruta segura”, según Selene Vázquez Alatorre, delegada del Instituto Nacional de Migración (INM) en Michoacán.
La delegada afirmó que dado a que las tradicionales rutas “se han vuelto muy peligrosas para los migrantes”, el estado se ha transformado en una ruta segura para llegar a Tijuana.
Añadió que así los migrantes también están usando el Puerto Lázaro Cárdenas para lanzarse en su travesía a la frontera norte e indicó que los que viajan por tierra “la mitad de los migrantes ilegales viajan niños, lo que es un fenómeno grave”.
La dura política migratoria “humanitaria”
“Tenemos que evitar una confrontación con el gobierno de EUA. Si nos confrontamos con el gobierno de EUA podemos ganar, pero sería una batalla que nos costaría muchísimo”, afirmó el presidente López Obrador este martes.
Puntualizó que las órdenes que ha girado a la Secretaría de Gobernación, al INM y a la Guardia Nacional es que se respeten los derechos humanos de las personas en contexto de movilidad.
Aunque el gobierno nacional y el INM han insistido que son instancias en las que se garantizan los derechos de los migrantes, otras organizaciones han criticado las políticas de aquello.
La titular del INM, Vázquez Alatorre afirmó que “la policía migratoria no trae ni macana ni resortera”, y que el recrudecimiento de los operativos es para evitar que los polleros (personas que transportan de manera ilegal) continúen transportando a centroamericanos con la promesa de que los EUA los va a recibir.
Sin embargo, Gutiérrez Pérez ironizó cuando aseguró que en SEMIGRATE “ni seremos el Instituto Nacional de Migración, somos el lado amable… no somos policía migratoria”.
¿El destape de la xenofobia?
Nada indica cuáles serán las políticas migratorias, lo que sí preocupa en cada una de las instancias del poder es el destape de la xenofobia contra estas personas que se encuentran en contexto de movilidad.
El discurso xenófobo del presidente de los EUA, Donald Trump, hace que el odio al otro se vaya permeando en el interior de los mexicanos.
“Lo preocupante es que con estas medidas si estamos viendo un cambio de la percepción de los mexicanos hacia nuestros migrantes; similar a lo que dicen los estadounidenses de nosotros: vienen a quitarnos nuestros trabajos, traen enfermedades… Mucha gente está creyendo ese discurso. Son seres humanos y merecedores de esos derechos”, dijo Gutiérrez Pérez.
Por su parte, el presidente de la república afirmó que, aunque quede “en minoría”, “nosotros tenemos la obligación de defender al migrante. Para que no haya xenofobia, ese odio al extranjero, que es una actitud, desde mi punto de vista clasista, racista y nefasta”.
Mientras tanto, los ríos, al igual que los mares y océanos, tienen lugares donde depositan sus trofeos, incluyendo cuerpos sin vida que buscan superar sus dramas sociales.
