No es la comida chatarra, es la falta de atención médica lo que provoca más muertes por Covid-19

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A pesar de la insistencia del Gobierno Federal de culpabilizar a las personas que han fallecido por el nuevo coronavirus por no llevar una vida sana, los datos oficiales indican que sólo la tercera parte de los adultos jóvenes fallecidos padecía diabetes u obesidad.

Un tercio delas muertes acaecidas e la Ciudad de México por Covid-19 corresponden a adultos jóvenes. La mayor parte de ellos no contaban con obesidad o diabetes pero no fueron conectados a respiradores, lo que podría haber salvado su vida.

El especialista en temas políticos Nathaniel Parish Flannery realizó un análisis del comportamiento de la epidemia en la Ciudad de México para la revista Forbes a partir de los datos del  Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE).

Esto luego de que el Gobierno Federal comenzara a manejar el discurso de que los mismos fallecidos eran responsables de su destino por llevar un estilo de vida poco saludable; sin embargo, sólo la tercera parte de los adultos jóvenes que murió padecía obesidad o diabetes.

Sólo el  el 30 por ciento de los pacientes de entre 35 y 55 años de edad que murieron padecían diabetes, el 31 por ciento se catalogaron como obesos, el 27 por ciento padecía hipertensión y únicamente el 10 por ciento fumaba.

En contraste, la mayor parte de los fallecidos de esta edad pertenecían a clases trabajadoras de zonas como Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón y se desempeñaban como conductores, comerciantes en mercados o jornaleros.

En la Ciudad de México, el grupo etario que registra más fallecimientos es el de 61 a 80 años, seguido por poco por el de 41 a 60 años, con un 39 por ciento del total de muertes, a las que se suman 2 mil 450 decesos de personas de entre 35 y 55 años. Este comportamiento es similar en el resto de los estados de la República.

Casi la mitad de los decesos de 35 a 55 años, es decir, 1,171 de los 2 mil 450, no padecían obesidad ni diabetes y tres cuartas partes de ellos no fueron conectados a un ventilador.

Sin embargo, de los que sí recibieron este tratamiento, sólo sobrevivió el 28 por ciento, mientras que en otros países los pacientes el porcentaje de supervivencia suele ser mucho mayor. Esto se atribuye a que los enfermos suelen llegar al hospital en una etapa muy avanzada de la enfermedad.

Con información de: Forbes

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