Noche de muertos

Noche de muertos, tradición que perdura desde la época prehispánica

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La tradición surgió en la época prehispánica y hasta nuestros días es de las más importantes.

Una de las tradiciones más importantes en México, es el Día de Muertos, día en que las almas se veneran. Una festividad que honra la vida de los que ya no están y los vivos los reciben con emoción y alegría, con una visita panteón o una ofrenda con aquellas cosas que más les gustaban en vida.

Origen

Todo nace en la época prehispánica en donde se honraba a los difuntos por medio de la figura de Mictecacíhuatl, que significa, señora de las personas muertas en la lengua Náhuatl, quien era considerada la reina de Mictlán, el último nivel del inframundo.

Mictecacíhuatl

En el México, antiguo esta celebración se realizaba durante el noveno y décimo mes del calendario solar Mexica, durante los meses completos, el primer mes era dedicado a los muertitos, es decir, a los pequeños que habían fallecido y el segundo a los muertos grandes.

Viaje por el inframundo

Según la historia que se relata en libros, los antiguos pueblos mesoamericanos creían que, dependiendo del tipo de muerte que tenía el ser humano, iba a ser el viaje de su alma al inframundo.

Por ejemplo, a “El Tlalocan” o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia, llegaban aquellos que habían muerto por situaciones relacionadas con agua o con los rayos.

El Tlalocan

Mientras que “El Omeyocán” o paraíso del sol, en donde estaba Huitzilopochtli, el dios de la guerra, llegaban aquellas personas muertas en combate, prisioneros sacrificados y mujeres que morían en el parto.

El Omeyocán

A “El Mictlán” o lugar de los muertos, llegaban los muertos por causas naturales, ya que tenían que pasar una serie de pruebas para llegar aquí; en el futuro, lo que se refleja en el altar de Día de Muertos.

“El Mictlán”

En la actualidad…

A la llegada de la religión católica a México, a través de los españoles, llegó también la celebración del Día de todos los Santos, que conmemoraba la muerte de la naturaleza honrando a las almas, y se festejaba el primero de noviembre. Un día después se celebraba a los muertos.

Día de todos los Santos

Estas costumbres se combinaron con las festividades mexicas en lo que hoy conocemos como el Día de Muertos. La celebración pasó de durar dos meses a dos días, pero aún se conserva la creencia de festejar a las almas jóvenes el primer día y a las almas viejas el segundo.

En 2003, la UNESCO proclamó las festividades de Día de Muertos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Símbolos…

En México los fieles o creyentes de esta tradición, aseguran que los muertos regresan al plano material a visitar a sus familiares y amigos a traer prosperidad, por lo que, se les da la bienvenida con comida, bebida y sus objetos favoritos,.

Se dice que para facilitar su llegada y regreso, se marcan caminos de flores y velas desde la casa del difunto y hasta el cementerio, acompañadas de diversas ofrendas o simbolismos.

Calaveras de azúcar o chocolate: son la representación de la muerte. Se escribe el nombre del difunto en su frente para que no exista duda de a quién representa.

Pan de muerto: es una representación de la eucaristía católica. Normalmente se hace de anís con forma de media esfera y figuras de huesos en la parte superior.

Flor de cempasúchil, se comenzó a usar por los mexicas en sus rituales de muertos durante la época lluviosa. Se consideraba que podía guardar la luz del sol, o sea el origen de todo. Se cree que el olor de las flores guía y atrae las almas de los muertos.

Papel picado: es una artesanía mexicana que se usa para dar color, alegría y vida. Se utilizan todos los colores menos el negro, que representa la muerte. También es considerado símbolo del aire.

Veladoras: las luces que guían el camino de los muertos, tanto hacia el mundo material como de regreso al inframundo.

Altares…

Una de las tradiciones más arraigadas y que no puede faltar en los hogares mexicanos son los altares de Día de Muertos, los cuales se hacen para ofrendar y recordar el espíritu de los seres queridos.

Los altares, según la tradición, se organizan por niveles y, dependiendo del nivel, se colocan diferentes objetos simbólicos.

Las versiones más comunes son de 2, 3 y 7 niveles. La primera representa el cielo y la tierra y se colocan objetos de ambos mundos en cada sección; la segunda representa el cielo, la tierra y el inframundo y, como en el anterior, los objetos que representan cada uno son colocados en su apartado. El tercero es un poco más complejo, representa los siete niveles por los que tiene que pasar el alma para poder descansar, según la creencia mexica.

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