De enero a septiembre se registraron 783 denuncias
En el periodo enero – septiembre de este año se redujo la violencia intrafamiliar hasta un 45 por ciento, con relación al mismo periodo del año pasado; porcentaje que representa una reducción de 354 víctimas de este tipo de violencia.
La más reciente publicación del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), refiere que en Michoacán se recabaron 783 denuncias por delitos cometidos contra la familia, en el periodo ya referido.
De las formas de delitos considerados contra la familia, el de mayor incidencia es la violencia intrafamiliar, es decir, 686 casos van este año, más los que se acumulen en el último trimestre del año.
En tanto que en el 2018 fueron mil 38.
La segundo forma de violencia más denunciada es el incumplimiento de las obligaciones de “asistencia familiar”, 97 en este año, dos menos con relación al año pasado, que aunque son pocas denuncias este delito implica un espectro mayor de víctimas que otros delitos.
Pendiente por fortalecer la denuncia es la “violencia de género en todas sus modalidades distinta a la violencia familiar”, porque desde que se incorporó al nuevo método de contabilizar la incidencia delictiva, el número de denuncias sigue siendo cero.
De acuerdo a la Secretaría de Salud Federal, se entiende la violencia intrafamiliar como “un problema social” cuyas “consecuencias ponen en riesgo la salud e incluso la vida de los grupos de población que son más vulnerables en función de su sexo, edad y condiciones físicas: mujeres, niñas, niños, ancianas, ancianos y personas discapacitadas”.
Esta forma de violencia, en la mayoría de los casos es ejercida por hombres en contra de mujeres y niñas.
Al respecto la Comisión Nacional de Derechos Humanos informó en agosto de 2016 que “en el caso de las mujeres son golpeadas, violadas, insultadas, amenazadas, ignoradas o menospreciadas por su compañero. Puede ser que en una pareja se golpeen, insulten, amenacen, ignoren o menosprecien el uno al otro”.
En cambio, a las niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores o personas con alguna discapacidad son golpeados, insultados, amenazados o humillados. Y, en el peor de los casos, algunos son obligados a tener prácticas sexuales que no desean.
