Hay decisiones que algunas les funcionan y para otros transitar ese mismo sendero se convierte en toda una equivocación.
Escuchar y acompañar tantas historias, me han llevado a comprender que en las relaciones humanas no hay fórmulas ni nada determinado.
Hay decisiones que algunas les funcionan y para otros transitar ese mismo sendero se convierte en toda una equivocación.
En semanas pasadas escuchaba la historia de un matrimonio que se disolvió hace 5 años atrás, cada uno superó el duelo, emprendieron caminos por separados, formaron relaciones que luego culminaron. Con el tiempo se reencontraron, de principio la relación fue de suma alegría, recordaron los buenos tiempos y restablecieron la amistad. Se vieron con otros ojos, porque sencillamente no eran los mismos, con el transcurrir del tiempo habían cambiado y madurado. La magia surgió y se volvieron a enamorar, transitando la conquista, los detalles, la picardía. La experiencia adquirida durante estos años separados les permitió valorar la conexión que siempre tuvieron. Algunos dirán este dicho popular “Dónde hubo fuego, cenizas quedan”, capaz y sea cierto. La verdad es que los motivos de su separación, fueron malos entendidos que no supieron resolver en su momento, por inmadurez y hasta por orgullo. Hoy en día por todo el aprendizaje adquirido, su relación se encuentra fuerte y con una perspectiva más real de quiénes son. ¿Qué si durará toda la vida?, solo ellos y el tiempo lo dirán. Actualmente les está dando resultados y les comento que según ellos, en todo ese tiempo no guardaron un mínimo de esperanza de volver a estar juntos. El encuentro y la magia suscitada los sorprendió gratamente.
Ahora bien, no todas las historias tienen los mismos finales. Así como dije al principio, hay decisiones y circunstancias que no funcionan igual para todos. Lo importante es aprender a soltar y darle espacio al crecimiento personal.
¿Regresaste con tu ex?, ¿qué tal la experiencia?
