Sin embargo, también han sido víctimas de la violencia
En último semestre las organizaciones religiosas que tienen presencia en la entidad, no han solicitado seguridad privada ni asistencia en sus templos o centros de convivencia.
Así lo confirmaron fuentes de la subsecretaría de Seguridad Pública, al señalar que ante esa instancia operativa, por lo menos hasta ahora, no se han reportado amenazas en contra de los ministros del culto ni recibido solicitudes de mayor presencia en áreas específicas.
Sin embargo, hay que recordar que en los últimos tres años en Michoacán dos sacerdotes fueron privados de la vida; el primero en el año de 2016, en el municipio de Puruándiro y el más reciente en Múgica.
En el caso del sacerdote José Alfredo L., en su momento el desaparecido procurador José Martín Godoy Castro, aseguró fue aparentemente derivado de una discusión.
En tanto que el segundo, verificado en el mes de agosto del año pasado, se reveló en audiencia pública, se trató de un pleito con una pareja homosexual, con la que se encontraba relacionada sentimentalmente.
Ambos casos fueron resueltos en los primeros meses siguientes al homicidio, los sospechosos optaron por la simplificación del juicio y fueron condenados a prisión preventiva oficiosa.
Hay que destacar que en ninguno de los casos existió previa amenazas de muerte por su activismo religioso, tampoco se ha posicionado al respecto el arzobispo Carlos Garfias Merlos sobre amenazas a la comunidad Católica u otros grupos, que representa.
