Gerardo Herrera

Sociedad y Neoliberalismo; la utopía

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De qué manera se mueve la sociedad en un mundo globalizado; en los años noventa del siglo XX, ya no sólo es un modelo económico el Neoliberalismo, sino transitó a ser una racionalidad, una forma de ser en sociedad. Ya no sólo es un sujeto económico dirigido a desenvolverse en el mercado, sino que es un ideal de comportamiento social mucho más amplio; es decir, se crea un sujeto que vive en sociedad, pero que esta empoderado individualmente, un consumidor soberano, quien se siente autónomo y utiliza los medios que sean necesarios para acercarse al éxito, al lujo, al hedonismo, a los valores líquidos, es decir, se construye la utopía del sistema.

El hedonismo, el narcisismo, el consumo en el mercado, las marcas, la tecnología, son algunos de los elementos que se pueden identificar y que desde luego sirven para entender esta idea de cómo el neoliberalismo se convierte en una utopía, en un ideal de sociedad, de comportamiento y de autovisión.

En su conjunto tenemos el individualismo muy arropado por el hedonismo la búsqueda del placer sexual, en adicciones, en marcas, la búsqueda del éxito, el lujo, los valores líquidos del individualismo, que genera una sociedad que busca una utopía, que difícilmente lograra por los grandes problemas y crisis que se viven, medioambientales, sociales, individuales, de salud, educativos, financieros y desde luego del miedo.

Esa utopía que ahora muchos adolescentes y jóvenes desean alcanzar, debe de ser deconstruida antes de llegar a más problemas que los que se viven en este momento, entre ellos, las adicciones que están perjudicando a dicha población.

Requerimos de trabajar en un modelo de integración social, que permita impulsar la cohesión social, es decir, fortalecer la confianza en la familia, la identidad y pertenencia al grupo primario, los valores de comunalidad, pero sobre todo la convivencia, que transite a la fraternidad y desde luego a la participación social.

Pese a ello, también se necesita trabajar en los valores de honestidad, honorabilidad, libertad, justicia; así como en afianzar la responsabilidad social a través de la deontología; finalmente se requiere de la ética, de una toma de decisiones en libertad y autonomía, así como en el respeto de la dignidad del otro.

Es importante mencionar que para arrancar o deconstruir la utopía del Neoliberalismo también será necesario cumplir con los principios de respeto a los derechos humanos y libertades, promover la igualdad y no discriminación, impulsar la justicia social, la perspectiva de género, así como la interculturalidad, promover la cultura de la Paz y el cuidado del medio ambiente. Desde luego, también será necesario erradicar las ideologías machistas, racistas, misóginas, xenófobas, homófobas, entre otras.

Como hacerlo, no es simple, pero tampoco complejo, es solo pensarnos que estamos haciendo mal, para despensarnos y repensarnos.

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