Gerardo Herrera

Solidaridad y dignidad: la lucha social.

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Desde 1948 diferentes instrumentos jurídicos internacionales firmados y ratificados por el Estado mexicano dan paso a las y obligaciones de las personas para con sus semejantes entre ellos la obligación de la solidaridad; pero también la responsabilidad del Estado de proteger y respetar los derechos y libertades de las personas.

Los valores de dignidad humana y solidaridad, también llegan a ser principios; los principios se vuelven derechos, y éstos normas, la cuestión es que cuando son normas deben ser cumplidas y atendidas por la autoridad.

La dignidad humana, no es otra cosa que el Estado proteja los derechos y libertades de las personas, de asegurar que se l e reconoce el valor de su persona, su poder y el voz.

La humanidad requiere ser comprometida, por ello, el término de solidaridad, significa, la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros; la solidaridad es la suma de esfuerzos de diferente índole de todos, para una presencia fuerte que ayuda a una causa; pero también genera conciencia colectiva  de necesidades en común  y de pertenencia a un grupo  en la cual todos se benefician  por la fuerza en la unión.

Desde la antigüedad se realizaban acciones de solidaridad a través de los vínculos de la amistad tan importante en estas fechas, el amor, la ayuda mutua, la comunalidad.

De tal manera que la solidaridad podría ser entendida como un derecho fundamental y una base para el disfrute de otros derechos.  La solidaridad es tan importante en estos días que nos tenemos que refugiar en la idea que los humanos en lo individual, como los pueblos en lo colectivo no pueden vivir  sin la ayuda del otro, entenderlo es fundamental.

La solidaridad aplicada sin prejuicio, y alejada de la mezquindad, dignifica en su realización al ser humano que se olvida de su persona, para actuar en favor de su comunidad, y que a la vez ésta deberá protegerlo a él en caso de necesidad.

Vaya mi reconocimiento a todos aquellos que han avanzado en la instrumentación de estos valores, principios, derechos de la dignidad humana y la solidaridad. Mi agradecimiento a quien brindo apoyo con la mano derecha y no permitió que su mano izquierda lo supiera. No se requieren en los valores de la dignidad y solidaridad arrogancias, lo que se requiere es actuar con virtudes sociales: humildad y caridad.

En días pasados, pero esto se ha vuelto una práctica social, hemos visto a Miguel Ángel Martínez a su esposa Ketzia y su hija Aurora de la Organización Ángel de Corazón porque te Nace Ayudar, A.C.”, asi como a Por amor a mi tierra Apatzingán, OBC, quien en compañía de otras personas, pero que piden el anonimato, y miembros de otras organizaciones hermanas, han salido a compartir con los más necesitados sus apoyos a personas en condición de vulnerabilidad y precariedad en tiempos de la pandemia del Covid-19

Hoy el ejercicio de vivir los valores de la dignidad humana y la solidaridad se ejecutan con pasión y emoción de muchos que sabemos que vivimos en un momento de compartir lo que tenemos.