Gerardo Herrera

Teatro es inclusión

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La cohesión social nos permite avanzar en la participación social de la población, así a partir de recuperar la confianza en familia, entre familias y con autoridades se puede avanzar en la construcción de la identidad o pertenencia e un grupo social, pero además permite el fortalecimiento de los valores comunales y la convivencia que puede transitar a fraternidad y desde luego a participación social.

Para impulsar la cohesión social es importante trabajar en procesos de cultura, del arte, de las escenas, del teatro, del cine, de la lectura, los poemas, el cuento, la narración, la oralidad.

En Morelia, corazón del Estado de Michoacán, se apertura el Teatro Matamoros, expresión de posibilidades culturales y artísticas que trabajará a favor de promover procesos de cohesión social, de integración de familias.

Tuve la oportunidad de asistir y ver la gran obra teatral Tzin Tzun “Historias de princesas y colibríes”; es una obra que integra un importante ensamble de actuación, escenografía, audiencia, guion, iluminación, maquillaje, sonido, vestuario, dirección, música, estructura física, recursos, actitud, pasión, emoción, creatividad, talento. Todos estos elementos hacen unicidad a partir de la interacción que se construye entre los elementos que dan vida al teatro y la audiencia.

En materia de actuación: actores y actrices, sin duda los mejores humanos, sensibles, emocionales, talentosos, quienes, sin protagonismos, hicieron su trabajo aportando un gran talento en cada uno de sus intervenciones que les toco representar y que fue producto de un ejercicio genealógico y arqueológico que permite expresar el proceso histórico de la evolución de nuestra tierra michoacana. Escenas generosas, expresivas, contundentes y, estridentes, que lo mismo estaban en el aire, que, al ras del suelo, o en los pasillos del Teatro, que generaban música, canto, murmullo, o bien, sonidos de percusión con los cazos de cobre, así como el sonido de las palmas de las manos ayudando a la construcción de las escenas colectivas.

Algo que me interpela, es cómo el cuerpo humano es considerado como  un instrumento que puede ser utilizado desde diferentes ámbitos para la cultura; es decir, el cuerpo en su utilidad de los brazos, de las piernas, de la cintura, de la voz, la vista, el oído, el olfato, la flexibilidad del cuerpo, en el piso, en el aire, sostenido por resortes y poleas, es decir, la diversidad se expresiones del cuerpo humano para la construcción de escenas.

El vestuario es otro grande en la producción teatral,  nos habla de la capacidad inventiva y creativa de las manos de las mujeres y hombres artesanos que bordan con hilos de amor y pasión, ya sean los rollos, los mandiles, los tocados, los rebozos, todos ellos de gran calidad y reconocidos en el mundo.

La música nos enamora, pero nuestra música purépecha es única; la música vocal, es con la que se narran hechos históricos, fenómenos naturales y problemas sociales. Para crear una pirékua se deben emplear instrumentos de cuerda, viento y coros, que en conjunto interpretan un ritmo musical lento. Una exquisitez las pirékuas que se interpretaron, un orgullo escuchar lo que fue declarado como Patrimonio de la Humanidad.

Otro elemento que aporta al hecho estético, es el videomapping es un recurso importante en darle animación o bien imágenes sobre las superficies de los lados del Teatro, con lo que se consigue un efecto artístico y fuera de lo común, las personas entran en un proceso que envuelve al espectador al encontrarse con los actores y actrices en sus expresiones artísticas y en la animación de imágenes que fortalecen las escenas y dan sentido y legitiman el discurso corporal de los actores.

Un momento trascendente fue la participación del público con los actores en escena, un momento mágico que registra el talento de la dirección teatral al permitir un proceso dialógico horizontal, de saberes, de complementariedad, de alteridad, de intercomunicación, de tolerancia y respeto. Ahí vi a Sinuhé y a su papá Chema, disfrutar del diálogo.  

Disfrutamos de este gran encuentro, no solo de la actuación magistral y todos los recursos que ponen al alcance de los actores y actrices para fortalecer las líneas de actuación, sino también en la generosidad de su director artístico Santiago Cumplido del Castillo, que permitió un diálogo abierto del público con los actores, un ejercicio que abre la posibilidad de la comprensión de un trabajo en equipo y del cómo construir y acercar el arte a partir de las respuestas de la población; muy bien por su director artístico.

En dicho encuentro nos saludamos la comunidad sorda, Yareni Pérez y sus papás, a Dela, Carmen, Marianita, Eréndira, Pedro, Claudia,  Chema su esposa y Sinuhé, y en general hombres y mujeres que gustamos del teatro y que nos damos la oportunidad de compartir una mirada cultural en el extraordinario espacio Teatro Matamoros, con gran actores como Nacho Tena.

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