Uso de tecnologías, una opción para abatir la corrupción

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“El prudente puede dirigir un estado, pero es el entusiasta el que lo regenera o lo arruina”. George Bulwer-Lytton

Por: Rosmi Bonilla Ureña

En la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental realizada por el INEGI en el 2016 las empresas señalaron que los trámites que presentaron menores incidencias en actos de corrupción fueron aquellos que se realizaron a través de internet o bien en instancias que cuentan con sistemas tecnológicos avanzados.

Hablamos de trámites como el alta de trabajadores en el Instituto Mexicano del Seguro Social, inscripción al Registro Federal de Contribuyentes y el registro de marcas o patentes; trámites que se realizan por internet o a través de sistema.

Esta característica, soslayada por algunos analistas, nos brinda una pista de cómo podemos abatir la corrupción desde la administración pública.

En una entrega anterior planteabamos el caso del pago de placas en Jalisco y lo comparabamos con lo que sucede en Michoacán.  Mientras en aquel estado usted hace su pago vía internet y las placas llegan a su domicilio, en nuestro estado tiene usted que hacer fila para ingresar a la oficina de Rentas donde hará fila para que el personal le revise los documentos, hará otra fila para realizar el pago y una cuarta para recibir sus placas y engomado lo que genera “oportunidades” para actos de corrupción.

Sin embargo, no todo en la administración pública de Michoacán es así.  Hay programas que han migrado al uso de tecnologías que facilitan su aplicación y la distribución de los recursos.

Hace un par de semanas, el propio mandatario estatal presentó uno de ellos: Sí Alimenta. A través del Sistema Integral de Alimentación para Adultos Mayores de Michoacán (Sí Alimenta), el Gobierno del Estado entrega mensualmente 100 mil paquetes alimentarios para personas de 65 años o más.  La tecnología se aplica en el padrón de los afiliados lo que impide que se dupliquen los apoyos para una sola persona por poner un ejemplo.

Otros programas han adoptado tecnologías similares e incluso el pago de apoyos ha transitado de hacerse de manera personal a bursatilizarse.  ¿Qué significa eso?  Significa, en este caso, hacer pagos a través de la banca.  Sin embargo, no es necesario que el beneficiario obtenga una cuenta en el banco que intermedia la transferencia pues se puede realizar el pago en el cajero con la modalidad de retiro sin tarjeta.

Al bursatilizar los pagos, las auditorias a los programas se vuelven más accesibles, sencillas y transparentes y se evitan desvíos y robos.

Los recibos de los apoyos ya no se hacen en papel sino a través de los informes que emite el banco sobre quienes han cobrado, dónde y cuándo lo que también brinda mayor seguridad y transparencia al ejercicio de los recursos.

Por otro lado, al implementar nuevas tecnologías en los programas se fomenta el uso de la mismas por parte de los beneficiarios, disminuyendo la brecha digital entre la población que tiene al alcance dispositivos que permiten el ejercicio de sus derechos como beneficiarios.

Y, aunque parezca que el acceso a la tecnología dejaría fuera a muchos beneficiarios, el INEGI nos brinda una respuesta clara: al segundo trimestre de 2016, el 59.5 por ciento de la población de seis años o más en México se declaró usuaria de Internet, el 68.5 por ciento de los cibernautas mexicanos tienen menos de 35 años, y el 47 por ciento de los hogares del país tiene conexión a. Internet.

Por otro lado, según la Asociación de Internet en México, el 90 por ciento de los internautas se conecta a través de un Smartphone y el 61% lo hace a través del plan de datos contratado.

Ante una cada vez mayor conectividad de los ciudadanos, sin duda, la digitalización de trámites y servicios es una de las maneras que deberemos privilegiar para disminuir la corrupción y volver más accesibles y transparentes los procedimientos que iniciamos los ciudadanos ante la administración pública.

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