Caridad y solidaridad, urgencia en pandemia fase 3 por el Covid

A mis hermanos obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, consagradas, a todos los fieles laicos de la Arquidiócesis de Morelia y a los hombres y mujeres de buena voluntad:

“Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron”. (Mt 25,40)

A todos les saludo con mucho afecto y esperanza en Cristo, nuestra Paz.

En este Tiempo de Pascua, seguimos como Iglesia católica celebrando el triunfo del Señor Jesús sobre el mal y la muerte. El Señor está vivo, sobre todo vive en el hermano, y lo que hacemos por Él, al mismo Cristo lo hacemos.

Seguimos viviendo días extraordinarios de dificultad, de miedo, de incertidumbre y de confusión, causados por la pandemia del CORONA-VIRUS, y hoy más que nunca estamos llamados a vivir la Caridad, expresada en solidaridad con los demás. Como Iglesia somos y nos sentimos una Iglesia Samaritana, Iglesia que descubre a su Señor en las llagas del hermano que sufre. Somos la familia de Dios en el mundo. “En esta familia no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesario”

Cristo se identifica con los pequeños, con los que sufren. “Esto nos recuerda que todos los cristianos estamos llamados a cuidar a los más frágiles de la tierra… Es indispensable prestar atención para estar cerca de las nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente” (EG 209-210). Al atardecer de nuestras vidas seremos interrogados sobre el amor; amor que se hace concreto en la Caridad. De este modo, siempre hemos de tener presente que “amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, son un único mandamiento”.

En esta contingencia en su fase 3, los invito a seguir participando en la Eucaristía y demás sacramentos de manera privada y presencial, cumpliendo todas las normas sanitarias necesarias; y también tengamos en cuenta todas las plataformas digitales que ofrecen la oportunidad de tener este encuentro de manera virtual.

Qué importante es que nuestra contemplación y oración fortalezca nuestra relación con Cristo y le pidamos la gracia de descubrirlo, atenderlo y amarlo en los hermanos, especialmente en los que más sufren. Nuestro encuentro con Cristo y nuestra paz interior nos dará la gracia de convertir esta pandemia en tiempo favorable para ser más generosos, más desprendidos, más atentos al Señor Jesús, que vive y sufre en el hermano.

De esta forma podremos descubrir formas siempre nuevas y creativas de solidaridad, fraternidad, responsabilidad y caridad, que ayuden a construir el Reino de Dios, Reino de justicia, de verdad y de paz.

En este tiempo de Pascua y pandemia, no caigamos en la resignación, ni en la rutina, ni en el conformismo, menos en la confrontación y agresividad. El Señor Jesús está con nosotros. Seamos hombres de fe firme, esperanza alegre y amor hasta el extremo. Gracias a todos los que han colaborado como autoridades civiles, como iglesias y como sociedad civil para cuidarnos unos a otros y ser solidarios con quienes sufren las consecuencias de la pandemia.

Invito a todos a que en esta fase 3 de la contingencia oremos por todos los médicos, enfermeros y enfermeras; estemos pendientes de su atención y cuidado, procuremos su descanso y salud, a todos los que laboran en los hospitales y sectores de salud, a todos, mi respeto, gratitud, oración y admiración. Los animo para seguir siendo testigos del amor, a descubrir en las llagas del que sufre la presencia del Señor. Como Iglesia y con las autoridades, la sociedad civil, las demás iglesias, desde Cáritas y la Pastoral de la Salud, seguiremos ofreciendo nuestro acompañamiento y solidaridad a todo el personal de salud.

También oremos por todos aquellos que por diversas razones no han podido “quedarse en casa”: policías, bomberos, militares, recolectores de basura, empleados en los distintos servicios de primera necesidad…. gracias por su entrega alegre y responsable, que el cuidado que tengan de ustedes mismos y de los demás, sea el ejemplo para todos.

A todos los padres de familia, jóvenes, adolescentes y niños, los llamo a descubrir y vivir la belleza de la familia en la caridad, a ser generosos con los más necesitados, a vivir esta experiencia de cuarentena como una oportunidad de crecimiento en el amor. Con gran cariño y ternura cuidemos a todos nuestros adultos mayores que ofrecen la sabiduría y la experiencia a nuestros hogares, valoremos y protejamos a los más vulnerables y seamos responsables y empeñosos en el cuidado de nuestra propia salud. Vivamos nuestra fe, acrecentamos nuestra esperanza y manifestemos la caridad en obras concretas de misericordia.

Hermanos, a todos nos ha afectado esta situación de pandemia por el COVID-19, recordemos lo que nos dice el Papa Francisco, “…todos vamos en la misma barca y nadie se salva solo”, cuidémonos y ayudemos a que los demás se cuiden. Vayamos alegres a vivir la caridad con expresiones concretas de ayuda, solidaridad y fraternidad.

La Arquidiócesis de Morelia en su compromiso social y empeñada en vivir la caridad con los más necesitados les ofrece muestras de ayuda, apoyo y cercanía. Hoy he tenido formalmente la Celebración de Envío a la Caridad desde la Catedral de Morelia. La Pastoral Social está haciendo llegar despensas, medicinas, insumos y material sanitario, entre otros… a familias de escasos recursos en este tiempo de pandemia en su fase 3. Si alguien quiere sumarse a este apoyo y colaborar, están habilitados dos Centros de Acopio de víveres: en el Templo del Carmen y Cáritas (C. Zaragoza 530-2, Centro, Morelia, tel. (443) 312 89 81); o si alguien desea colaborar económicamente dirigirse con su Coordinador, P. Miguel Ángel Gaona (Cel. 436 112 2059), él les dará mayor información. Pido a los distintos medios, de acuerdo a su posibilidad hacer llegar esta información y así juntos ayudar a los que más necesitan.

Sigamos unidos en la oración y la solidaridad, encomendandonos a la protección y ternura maternal de Nuestra Señora de la Salud.