¿Se fue sin dar explicaciones?

¿Y ahora? 

Palabras más, palabras menos, así se resúme la experiencia de más de uno, que se encuentran totalmente desconcertadxs, ante la ausencia de la pareja que un día cualquiera se fue sin dar explicaciones, dejando un gran número de interrogantes sin responder. 

En este escenario la acción habla por sí sola, después de tamaño COBARDÍA, ¿Qué más se puede esperar? Personajes de ese estilo se retiran dejando una puerta abierta, por si en algún momento deciden volver, lo que no significa que su regreso sea sinónimo de amor, sino más bien comodidad, descaro y una total falta de madurez. 

Pero, ¿estábamos bien? 

Te respondo: La verdad, lo dudo. Si algo me indica la experiencia, es qué hay señales que por miedo o comodidad se prefieren ignorar. Algo así, como la infidelidad, cuando se comprueba, ya hace tiempo que se olía en el ambiente. 

Cuando una relación es sincera, todos los sentidos lo perciben, inclusive el sexto sentido, ese que llamamos intuición. 

Es cierto qué hay personajes que deberían ganar un Oscar por su excelente actuación, pero aún en esos casos, unx buenx observadorx puede identificar ciertas señales de que algo no anda bien. 

¿Qué hacer? 

Primero asumir la separación, elaborar el duelo y reforzar suficiente la autoestima, para dar mayor valor al amor propio, que a un personaje que pesó más su cobardía que el amor que te tenía. 

¿Duele?

Claro que sí, la decepción golpea y cuando se aprende de ella también fortalece. 

Culminar una relación no es sinónimo de fracaso. Esto generalmente, se convierte en una especie de “suerte” que solo el tiempo nos permite apreciar. Desde una posición pasiva y realista, en toda experiencia siempre se gana, incluso en las separaciones. 

Es una suma de experiencia que nos permite reorganizar nuestra vida y tomar el timón si lo habíamos perdido. Se trata de empoderarnos y de asumir responsabilidades. 

En el proceso del duelo podemos aprovechar el tiempo para la reflexión y sobre todo darnos el permiso de experimentar las diferentes emocionalidades: tristeza, rabia y finalmente la tranquilidad que solo la aceptación proporciona. 

No hay de que culparse ni reprocharse. Recuerda que la vida no se acaba, ante ti existe un mundo de posibilidades esperando por ti. Sigue adelante, muy pronto lo vas a superar, reinvéntate, llénate de amor propio. 

El sol siempre vuelve a brillar, considera el acompañamiento terapéutico. 

Hilda Mesa 

Psicoterapeuta 

Fb/ HildaMesh