Después de cuatro horas, la Conmebol informó que el partido se juega mañana domingo debido a que no había condiciones para disputar la final de la Libertadores
El partido de la final de vuelta de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors fue nuevamente suspendido, pero ahora después de que fuera apedreado el autobús del equipo Xeneize en su llegada al estadio Monumental y dos jugadores salieran lesionados.
Tras más de cuatro horas en las que en un inicio se había decidido aplazar el juego por un par de horas; el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez; informó que ambos clubes decidieron que se suspendiera definitivamente y se juegue mañana a las 14:00 horas, tiempo de México, ya que no había las condiciones para disputar el partido definitivo por el trofeo de la Copa Libertadores 2018.
“Hay un pedido de ambos clubes, hay un pacto de caballeros de que se desnaturalizó el juego, de que en estas condiciones uno no puede jugar y otro no quiere ganar en estas condiciones”, declaró el dirigente de la Conmebol en entrevista con la cadena televisiva Fox Sports.
Alejandro Domínguez lamentó que debido a estos incidentes, que provocaron heridas en las córneas de los jugadores de Boca Juniors, Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo, así como la suspensión del juego para mañana domingo a las 14:0 horas, tiempo de México, en el mismo estadio Monumental.
“Que la gente entienda que no vamos a tolerar ningún tipo de inadaptados, esto es un juego de fútbol, está la pasión y la felicidad, pero son seres humanos que entran a la cancha, viven, tienen familia; no es una guerra, esto es fútbol”, sentenció el presidente de la confederación Sudamericana de fútbol.
El pasado 10 de noviembre el juego también fue suspendido y se tuvo que jugar al día siguiente, pero en esa ocasión por las fuertes lluvias que cayeron en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
