Esto es algo que particularmente se ve mucho en terapia de pareja.
Van juntos y casi siempre es la mujer quien dice: “necesito que él sea tal cosa…” y el hombre asienta con la cabeza sin dar mayor explicación. Veo que siguen en terapia con el mismo discurso: “quiero que ella no sea tan celosa”, “quiero que él me atienda” y al final se vuelve una campaña de poderes para demostrarle al otro que no tiene razón y que si debe cambiar.
Entonces yo recurro al bendito llamado de la reflexión, esa que nos permite entender como YO como individuo me proyecto en el otro y además vuelvo cómplice al otro de todo mi dolor.
En definitiva los cambios vienen de una necesidad muy propia, muy individual donde se entienda lo importante de transformar algo de ti que va a beneficiar tu bienestar y el de las personas que te rodean. Nada obligado a avanzar, fluye ni menos se mantiene. Espero lo entiendan.
