Mientras el Presidente de la República sólo usa cubrebocas para viajar, hay países en donde se aplican multas o hasta cárcel para quien no porte este aditamento.
España, Francia, Alemania, Luxemburgo, Marruecos y Cuba son algunas de las cerca de 44 naciones que han decretado el uso obligatorio de cubrebocas para prevenir que se siga extendiendo el contagio de Covid-19.
En México, esta medida se ha adoptado en 21 de los 32 estados de la República, pero no a nivel nacional, ya que el discurso oficial ha sido ambiguo en cuanto a su efectividad y la página de internet de la Secretaría de Salud federal señala que “no son fuente de protección” debido a que la enfermedad también se adquiere por los ojos.
En países como Líbano o Marruecos, en cambio, los habitantes pueden llegar a pisar la cárcel por no emplear este aditamento y en otros sólo se pide su uso para viajar en transporte público o al acudir a lugares públicos donde no se pueda mantener distancia.
Actualmente la comunidad científica en el mundo se encuentra dividida con respecto a si se puede transmitir o no por aire el coronavirus, ya que se han presentado casos de transmisión en espacios cerrados como gimnasios, transporte público y en restaurantes en donde los comensales infectados se encontraban a metros de distancia de quienes se contagiaron.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado mantener una distancia de dos metros con otras personas porque la mayor parte de las partículas que expulsamos al hablar, toser o estornudar caen a esta distancia, pero hay gotículas pequeñas que pueden viajar hasta ocho metros y flotan en el aire.
Si bien la carga infecciosa en estas micropartículas es menor, hay otros factores que intervienen para que se genere un contagio a partir de ellas, como la ventilación que hay en el espacio y el tiempo de exposición.
La mayoría de los contagios que se han dado entre personas que se encontraban a más de dos metros de distancia entre sí sucedió en un promedio de 50 minutos en espacios cerrados, ya que en lugares abiertos o bien ventilados estas gotículas se eliminan rápidamente.
El premio Nobel Mario Molina publicó un estudio en donde concluía que el uso de mascarillas luego de que se dictó su uso obligatorio, frenó los contagios en Italia, Wuhan y Nueva York.
Con información de: Reforma y El País.
