México: Fútbol y Poder

Columnistas

Por: Erik Avilés

El Monarcas Morelia, con el milagroso empate obtenido ante el Necaxa logró ser un superviviente en el Torneo de Clausura 2018, de la Liga Mx. Morelia, escuadra que cuenta entre sus aficionados al Ing. Silvano Aureoles Conejo, Gobernador del Estado, va a la liguilla a disputar un pase a la semifinal con el superlíder Toluca, el equipo del territorio del poderoso Grupo Atlacomulco, que es a la vez tierra natal del Lic. Enrique Peña Nieto, presidente de México. Si bien luce en los números como un encuentro desigual, no se descarta del todo una sorpresa en la que nuestro equipo local logre imponerse.

Análogamente, volteemos a analizar a los demás equipos calificados, quiénes están detrás de ellos y cuál es la disputa profunda que está en juego más allá del simple campeonato de fútbol de la liga profesional más grande de México. No se trata de dinero, de reconocimiento ni de la gloria que puede otorgar un trofeo o ser parte de las estadísticas ganadoras. Justo hoy, en tiempos de campañas electorales, se encuentra en disputa el gobierno de la nación, la presidencia de la república y el fútbol también gravitará en este proceso político.

Recodemos que el búlgaro Elías Canetti, Premio Nóbel de Literatura en 1981 en su clásica obra “Masa y Poder” hablaba del “mana”, como un poder sobrenatural e impersonal, un atributo del guerrero superviviente entre los pueblos primitivos, el cual se obtenía venciendo a otros guerreros en la lucha cuerpo a cuerpo. Pareciera haber resabios de esta definición cuando ante las competencias deportivas se busca hacerse fácilmente de un manto de ganador gracias a apoyar a un determinado equipo de fútbol.  Ante una sociedad primitiva, una playera del equipo campeón le iría bien a un futuro gobernante.

En la carrera rumbo a Los Pinos, el aura de guerrero invicto que les sobreviene a los territorios, grupos de interés, empresarios y candidatos sublimados en equipos de fútbol es un activo muy valioso.  No pasa desapercibida la configuración de la liguilla, están los grandes tomadores de decisiones representados. Harán presencia activa los Pumas de la UNAM, en quienes Andrés Manuel López Obrador deposita su afición futbolera. Es un equipo muy presente en las boletas electorales, ya que José Antonio Meade Kuribreña también apoya a los auriazules. Por otra parte, Jaime Rodríguez Calderón apoya a los laureados Tigres.

Fuera de la liguilla se encuentra Margarita Zavala Martín del Campo, quien apoya al Pachuca, equipo que fue echado de la contienda por el Monarcas Morelia, el cual es propiedad de un conglomerado empresarial muy poderoso. Asimismo, Ricardo Anaya, quien apoya a los Gallos Blancos del Querétaro y a la Selección Nacional de México, al no posicionarse públicamente a favor de alguno de los ocho equipos supervivientes se abstiene abiertamente de participar en esta apuesta simbiótica de fútbol y poder.

Sin apoyo directo de alguno de los candidatos, participarán como representantes futboleros de corporativos empresariales muy poderosos, América, Monterrey, el Santos y Tijuana, los que disputarán prevalecer en el mapa nacional de la Liga Mx e influirán invariablemente en el ajedrez político.

Visto así, el fútbol es una guerra donde atletas que entrenan toda su vida se disputan un balón para que triunfen unos pocos, quienes no necesitan portar, ni mucho menos sudar una camiseta para prevalecer. En esta liguilla, la demostración de poder futbolístico la veremos en las canchas; sus efectos, en la sección de política de este mismo espacio.  Al tiempo.

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