Nada de que alarmarse ante enjambre sísmico: investigadores

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Michoacán es una zona sísmica, por lo que se debe aprender a vivir con este tipo de actividad, consideraron especialista del Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Tierra; sin embargo, es importante que los municipios renueven sus reglamentos de construcción


Si bien no se puede predecir cuándo terminará la serie de sismos que se ha presentado en la zona de Uruapan ni si esto derivará en un sismo de mayor magnitud o si pudiera presentarse actividad volcánica, especialistas del Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Tierra (INCIT) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) consideran que no hay razones para alarmarse.


En rueda de prensa, los especialistas señalaron que hasta el momento se han registrado 750 sismos de baja magnitud desde el 5 de enero, con hipocentros de 15 km de profundidad y siendo el de mayor magnitud de 4.1 grados. Consideran que se deben a un reacomodo de la corteza a través de las fracturas o fallas, aunque no descartan que pueda haber intrusión de magna por tratarse de una zona volcánica, sin que esto quiera decir que pueda haber una erupción.


“Lo más probable es que el actual enjambre sísmico en las cercanías de Uruapan esté relacionado con el movimiento y reacomodo de las fallas regionales y no necesariamente representa otro peligro inminente, por lo cual no hay motivos para alarmarse”, señaló la investigadora Martha Gabriela Gómez Vasconcelos.


No obstante, para poder tener un diagnóstico más preciso, es necesario llevar una serie de estudios geológicos y geofísicos en la región del Paricutín, así como en las áreas donde se han presentado los sismos. De acuerdo con el investigador Pedro Corona Chávez, en conjunto con el Comisariado de San Juan Nuevo ese trabajará para instalar un conjunto de instrumentación a partir del día de mañana para tener un mayor registro de datos.


Por otro lado, el especialista Ricardo Vázquez Rosas señaló que no existe evidencia para creer que se está gestando un nuevo volcán y los indicios que se tienen para considerar que no hay razones para alarmarse se basan en que ya en dos ocasiones anteriores se registraron enjambres sísmicos en la zona; la primera, en 1997 y la segunda en 2006.


“Si revisamos la página del Servicio Sismológico vemos que diario hay temblores. El estado es una zona de alta sismicidad, tenemos tres tipos de generación de sismos”, explicó y consideró que por ello habría que acostumbrarse a vivir con ello y tomar en cuenta las medidas de prevención necesarias, asi como saber actuar en caso de sismo.

Municipios deben renovar sus reglamentos de construcción


Una de las medidas que se deben tomar en cuenta, explicó Ricardo Vázquez, es que los reglamentos de construcción que se emitan tomen en cuenta el tipo de suelo en donde se encuentra la población ya que, señaló, el reglamento de Michoacán es una copia del reglamento de la Ciudad de México. “Michoacán tiene diversidad de tipos de suelo, no podemos aplicar las mismas reglas porque no es lo mismo estar en rocas que estar en suelo blando”, detalló.

Necesario conformar una red de monitoreo sísmico


Actualmente los movimientos telúricos se pueden monitorear a través del Servicio Sismológico Nacional, que tiene algunas estaciones instaladas en la entidad, además de las propias con las que cuenta el estado.


Vázquez Rosas detalló que hay dos acelerógrafos en Morelia y sismógrafos en Los Azufres, Maravatío Uruapan y Zitácuaro y que próximamente se instalarán estaciones sísmicas en La Piedad y Lázaro Cárdenas, que son regiones en donde el Servicio Sismológico no tiene estaciones.


Sin embargo, explicó que se tiene el proyecto de instalar una red de monitoreo sísmico en Michoacán que estaría constituida por 16 estaciones en todo el estado y en donde los investigadores de la UMSNH trabajaría en conjunto con investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Colima y el Servicio Sismológico Nacional.


“No tenemos una red sísmica como tal. Eso es muy importante porque nos frena en el conocimiento y el desarrollo del entendimiento del fenómeno natural”, expuso el investigador. Apuntó que no se tiene una fecha estimada para la conclusión de este proyecto ya que se requiere de 15 millones de pesos cuya gestión está en proceso mediante proyectos de investigación, aunque consideran que los municipios y el gobierno del estado también tendrían que aportar una parte. Estas gestiones, explicó el investigador, suelen llevar tiempo y complicarse con los cambios de gobierno.