Guillermo del Toro destacó en los Premios Oscar con su producción “La forma del agua”, que lo hizo acreedor a cuatro estatuillas y 13 nominaciones.
Desde hace 25 años Guillermo del Toro se ha dedicado a crear monstruos para vivir. A través del cine ha encontrado la mejor manera de reflejar esos mundos alternos que viven en su subconsciente y en los lugares más recónditos de su cabeza, aunque también dibuja o pinta sobre sus creaciones.
“Desde niño he sido fiel a los monstruos. Me han salvado y absuelto, porque creo que los monstruos son los santos patrones de nuestras imperfecciones y nos permiten la posibilidad de fallar y seguir adelante. Durante años he elaborado historias de color, luces y sombras y en muchas instancias, en tres ocasiones especiales, estas historias me han salvado la vida”, relató el cineasta en su breve discurso al aceptar el premio como mejor director.
“Tengo 52 años, peso 110 kilos e hice más de 10 películas”, es como se auto describió al recibir un premio en septiembre del año pasado. Del Toro nació en Guadalajara el 9 de octubre de 1964 y pudiera ser que su amor por las criaturas fantásticas y las historias extrañas se remonte a su niñez, ya que su madre, además de escribir poesía leía el tarot y en su casa cohabitaba con serpientes, ratas blancas y cuervos.
Su obra fílmica traspasa los límites entre la crudeza y la fantasía, toca los géneros del terror, el suspenso y la fantasía, en atmósferas situadas en contextos históricos de guerra o de conflictos sociales y por primera vez, de acuerdo con lo que él mismo dice, incursiona en el cine “de adultos” con la obra que le hizo ganar cuatro premios Oscar como mejor película, mejor director, banda sonora y diseño de producción.
Otros de sus largometrajes más aclamados son “El espinazo del diablo”, “El laberinto del fauno”, “El orfanato”, “Los ojos de Julia”, “Hellboy”, “Mimic” y desde luego su primera creación “Cronos”, en 1993.
Junto con “sus compadres”, como él los llama, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, otros cineastas mexicanos que han destacado, son conocidos en Hollywood como “los tres amigos”.
“Yo soy un inmigrante como Alfonso y Alejandro, mis compadres. Como Gael, Salma y como muchos de ustedes. En los últimos 25 años he vivido en un país que es de todos nosotros: tiene partes de aquí, de Europa, de todas partes, porque creo que lo más maravilloso que se puede hacer -y nuestra industria lo hace- es borrar las líneas en la arena”, fue como inició, contundente, su agradecimiento.
