Sin otro apoyo para la venta de sus manualidades, un grupo de artesanas compró un inmueble y salen a otros puntos de comercio, ya que las autoridades de Cuitzeo sólo les brindan un espacio con motivo de la fiesta anual del pueblo.
Ubicadas frente a la escuela de San Agustín del Pulque, en la calle de Lázaro Cárdenas de la localidad; las artesanas del tule agrupadas como una micro empresa de mujeres emprendedoras, tejen todo tipo de objetos a lo largo del año para ganarse el sustento.
Por iniciativa propia, se constituyeron hace 8 años en una empresa artesanal denominada “Artesanas por el rescate del agua en San Agustín del Pulque”, declaró Angélica Ascencio Chávez presidenta, de la misma.
“Las artesanas en esta comunidad nos asociamos como un grupo de mujeres emprendedoras que han realizado no sólo el petate sino artesanías desde hace 8 años gracias al Instituto Artesano de Michoacán, quien nos capacitó para no sólo fabricar petates, sino toda clase de objetos útiles para el hogar, desde tascales para las tortillas hasta salas y mesas de centro, así como todo tipo de objetos decorativos en tule”.
El nombre de la asociación a favor del rescate del lago de Cuitzeo, se debe precisamente a que del mismo lago obtienen el tule para fabricar su artesanía, y de secarse, no tendrán cómo realizar el oficio que les da sustento desde hace décadas a las mujeres de San Agustín del Pulque.
Con las ganancias del negocio que consiste en venta directa en su local los fines de semana y venta a otras vendedoras que se ubican en la plaza principal de Cuitzeo, lograron comprar un local para reunirse allí a trabajar y establecer un primer punto de venta.
La artesana Angélica Ascencio dijo que en varias ocasiones el presidente municipal de Cuitzeo les ha prometido abrir un portal de internet o en Facebook para la promoción y venta en línea de sus productos, pero no se ha concretado nada.
Por lo que, más allá de la fiesta anual de San Agustín del Pulque y la Feria del Petate, alrededor de 28 de noviembre, no tienen un espacio de promoción.
“Hace ya un par de años que algunas artesanas de nuestro grupo han salido a buscar otros puntos en donde puedan vender la mercancía que elaboramos, en lugares cercanos, por lo que es una nueva labor, la de comercializar de esta forma, la que realizan las compañeras y así nos apoyamos unas a otras.”
Una de las mujeres, Doña Cristina de 67 años, platicó que ha logrado salir adelante con la venta de piezas de tule, que tiene más o menos 15 años en el oficio y se siente nueva, porque la mayor parte de las integrantes comenzó a tejer desde niña:
“Me da satisfacción el poder obtener un ingreso a partir de mi trabajo. Lo que más me pidene son bolsas, chunditos, cajitas con tapa, con lo obtenido puedo obtener ganancias para mí y reinvertir en manojos de tule…me va bien porque como los manojitos están grandecitos, saco de allí muchas piezas”.
Doña Cristina tengo menos tiempo que ellas aprender pero con el apoyo de todas salí adelante tengo 67 años, le da satisfacción, tengo 12 o 15 años en el oficio, las demás tienen más por eso
María de los ángeles de 23 años, es madre de familia y teje desde los 13 años y relata que le va bien, cuando hay ganancia invierte en comprar el tule, moldes, cuchillos.
“A veces no hay quien compre y algunas amigas que venden en Cuitzeo nos compran nuestra artesanía para vender en la Plaza, ellas me zapatitos, tascales, servilleteros”.
