Con frecuencia muchas personas pensamos en adicciones solo referidas a las sustancias tóxicas, y la verdad no solo son eso: el alcohol, el tabaco, la comida, el sexo en exceso, y otras que se definen como adicciones de ingesta o de conducta. No obstante que una persona viva en adicciones, al igual que cualquier otra persona que no lo haga, mantienen vigentes sus derechos y libertades, así como el respeto a su dignidad humana; todas las personas en general hombres o mujeres deben ser atendidos y respetados por las autoridades y en general por la población, sin embargo, vivir en adicciones genera opresión en contra de sus cuerpos.
Existen un gran número de espacios para atender las adicciones de las personas, mismos que se encuentran distribuidos a lo largo y ancho de México y de aquí mismo, Michoacán. Solo algunos de estos centros en Michoacán están vinculados con la Junta de Asistencia Privada de Michoacán y con diversas autoridades locales, estatales o federales; y es que los representantes de dichos centros deben de cumplir con las normas oficiales mexicanas y en general con el marco jurídico correspondiente para asegurar que se respeta la dignidad humana y la inclusión social de la persona viviendo en adicción.
En una línea de tiempo, los directivos o padrinos o madrinas de los centros van aprendiendo y reconociendo el trabajo con experiencia, en cuyo caso, se generan buenas prácticas, aunque no es posible cerrar los ojos, existen también espacios en donde se pueden estar violentando los derechos humanos por prácticas inadecuadas. No obstante, algunos centros permanecen y se consolidan, otros se pueden debatir en la iniciación y pervertir en el disimulo. Comparto con mis lectores, el trabajo que realice el fin de semana con un grupo “El me levantará”.
En el periodo del 15 al 25 de septiembre se llevaron a cabo los festejos del décimo segundo aniversario del Grupo “El me levantará”, Centro de rehabilitación contra las adicciones en Uruapan, Michoacán; el programa de aniversario incluyó principalmente las reflexiones de diversos disertantes padrinos y madrinas que atienden otros espacios para el tratamiento de las adicciones en diferentes estados de la República Mexicana, así como el de otros disertantes invitados.
Los primeros días se escucharon interesantes reflexiones de personas experimentadas que hablaron sobre temas humanistas y relacionados con los valores, virtudes sociales y principios, todos ellos elementos que permiten facilitar los procesos de reinserción a la sociedad bajo el principio básico de la dignidad de la persona, haciendo una escucha asertiva de las y los participantes.
Este sábado, llegó a su fin el festejo, sus organizadores lo hicieron como siempre desde el corazón entregando todo su respeto y compromiso por el otro, y lo precisa Joshua López Magaña cuando expresa “nuestra intensión siempre es dar lo mejor de nosotros y darles una atención especial a todos créanme hubiéramos querido darles más, pero lo único que les dimos es lo que está en nuestro corazón con mucha gratitud; la amistad no se compra con nada”, son palabras sensibles y comprometidas.
Durante el festejo, pudimos observar algo de lo cual yo promuevo en mi día a día, es la cohesión social, es decir, la confianza que ahí se respiraba, era una sola familia compartiendo con sus amigos, amigas, hijos, hijas, los padrinos, todos en unicidad compartiendo sus proyecto de vida; la identidad, otro elemento que constituye la manera de integrarse como unidad en sus problemas y sus alternativas de solución; los valores de comunalidad y desde luego la convivencia, una convivencia que permite transitar a la fraternidad y de ahí a la participación.
La música y una cena con comida tradicional exquisita, como lo hacen las cocineras tradicionales, permitió esa convivencia, todos al unísono comiendo y disfrutando de la otredad, compartiendo anécdotas y reconociendo el trabajo que se realiza con hombres y mujeres de Pátzcuaro, Guadalajara, Zihuatanejo, Cuernavaca, Chihuahua, Lázaro Cárdenas, Uruapan, Ciudad de México, Zacapu y Cherán. Me toco convivir con mis amigos Pedro Cantú y Miguel líderes del Parque Urbano Ecológico de Uruapan, a quienes les agradezco el acompañamiento.
En conjunto y derivado del programa de aniversario que se realizado, podemos expresar que el Centro trabaja para una reinserción de las personas en atención bajo enfoque de respeto a la dignidad humana, reconocimiento a sus derechos humanos, en donde la fraternidad es fundamental para sus propósitos y donde se trabaja sin opresión y sin discriminación o violencia. Felicitamos por estos doce años de vida al centro “El me levantará”, espero pronto estar en el centro para compartir mis experiencias y saberes con las experiencias y saberes de las personas que viven y atienden ese centro.
