Por: Erik Avilés
Recientemente, en este mismo espacio hemos señalado las consecuencias del inaceptable recorte que ha sufrido el deporte estatal para este 2018, en el que se redujo el presupuesto destinado para la CECUFID a una cuarta parte, consistente apenas en 53 millones de pesos; es decir, 10 exiguos pesos para cada michoacano, para todo el año.
En contrapunto, nos enteramos por los medios de comunicación que el Instituto Electoral de Michoacán ha aprobado un gasto destinado para los partidos políticos por un monto de 325 millones de pesos para ejercerse durante 2018. Imaginemos que los 325 millones de pesos se pudieran usar para infraestructura deportiva; mucho ayudarían. Indudablemente, el deporte necesita de los recursos de los partidos políticos, pero los partidos políticos necesitan mucho más al deporte de lo que los atletas piensan.
Los deportistas distan mucho de ser una clase oprimida y marginada. Tienen imagen y una reputación que en tiempos electorales es invaluable. Tal vez lo que ha hecho falta es adquirir la categoría marxista denominada “conciencia de clase”, en donde el sector deportivo defienda sus propios derechos e impulse una agenda que garantice el derecho a la salud, a la activación física y al deporte.
Indudablemente la imagen pública de los deportistas es una excelente herramienta para ganar elecciones. Los partidos políticos, ante su incremental crisis de credibilidad suelen valerse instrumentalmente del conocimiento y aceptación de los atletas para conformar una mixtura electoral ganadora.
A nivel internacional, la victoria en segunda vuelta que ha obtenido el exfutbolista liberiano George Weah, convirtiéndose en presidente de su nación, resulta remarcable y finca un precedente interesantísimo en el entorno contemporáneo. En México, destaca también lo disruptivo que resultan las participaciones de los atletas como actores políticos emergentes. Un ejemplo reciente lo constituyó Cuauhtémoc Blanco al convertirse en Presidente Municipal de Cuernavaca, Morelos bajo la franquicia del Partido Encuentro Social, que ni en sus mejores cálculos hubiera imaginado ganar esa importante plaza de no ser por la intervención del famoso y talentoso futbolista mencionado.
Recientemente, en Morelia se ha visto este fenómeno también, con la participación del hoy regidor independiente Félix Madrigal Pulido, quien a su vez ahora busca la diputación local por el Distrito 16. En su gestión, mucho ha abonado en la restructuración del Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte de Morelia su participación en la Junta de Gobierno respectiva, así como en la reglamentación de las carreras atléticas pedestres y el arranque y supervisión de diversas ligas deportivas municipales, entre otras acciones.
Asimismo, en la planilla recién presentada por el Mtro. Alfonso Martínez Alcázar, Presidente Municipal independiente de Morelia, participa Carlos Morales, emblemático jugador del Monarcas Morelia, quien en el ocaso de su carrera ahora se reinventa en esta faceta política y corresponderá a él responder por la agenda deportiva.
Resta la definición de los candidatos y planillas que presentarán los partidos políticos en la entidad y en la nación, en donde seguramente contemplaremos la activa participación de actores del sistema deportivo, teniendo en cuenta los sonantes éxitos electorales que se han conformado en torno a figuras deportivas.
Independientemente del resultado en las urnas, esperemos que la participación de los deportistas en este proceso electoral abone enormemente al desarrollo institucional del sistema deportivo estatal y sirva éste a su vez para el máximo beneficio de los michoacanos en todos los aspectos posibles. Que sea para bien ver a los deportistas en las boletas electorales y que ellos tengan cabal conciencia de la enorme responsabilidad que se deposita sobre sus hombros.
Sus comentarios son bienvenidos en erik.aviles@gmail.com y en Twitter en @Erik_Aviles
