Durante los últimos cinco días el Gobierno de Bolivia realizó una campaña para retirar los más de 400 cuerpos de fallecidos de COVID-19 que se encontraban en las calles y en viviendas de todo el país.
Entre ellos, se encontraban los cuerpos de personas que expiraron por otras razones, debido a que el sistema de salud de Bolivia está completamente colapsado.
El levantamiento masivo de cadáveres fue realizado por la policía, que informó que 141 fueron recogidos en la capital política, La Paz y 191 en Cochabamba, ambas ciudades andinas; sin embargo, la mitad de los infectados por la pandemia se encuentra en la región de Santa Cruz, donde se concentra la población blanca.
Bolivia ha llegado oficialmente a los 62 mil 357 casos y 2 mil 273 muertes, cifras que deben estar muy lejos de las reales, tomando en cuenta que fuera de los hospitales se han recogido 3 mil 16 cadáveres que mantienen como “casos sospechosos” de COVID-19 y no entran a la cuenta oficial.
