Hilda Mesa

EXPECTATIVAS ¿Quién no las ha tenido?

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Desde mi punto de vista basado en mi experiencia personal y en el gran número de parejas y personas que atiendo en terapia.

Prácticamente TODXS albergamos expectativas, es decir, la mayoría espera algo del otrx, llámese amigx, familia, mascota y en especial la pareja. Aún cuando, nos venden la idea que entre menos expectativas, resulta menor el sufrimiento o la frustración. 

La verdad es que desde nuestra condición de humanos esperamos que nuestras acciones generen algún tipo de resultado, bien sea positivo o negativo. En este sentido me parece conveniente, en el campo de nuestras relaciones, expresar eso que esperamos del otrx. No en términos de exigencia, sino entendiendo que nadie puede adivinar lo que en tu ser interior deseas obtener. Considero que es sano esperar RECIPROCIDAD es decir, si das lo conveniente es recibir. De lo contrario las relaciones se encuentran en desbalance. Al menos que seas altruista que no te interese recibir nada, pero siendo totalmente honestx contigo mismx, esto quizás puede resultar en el plano de labores sociales. Pero en la dinámica de la pareja, al menos una sonrisa o tal sólo decir gracias, resultan un aliciente para el mantenimiento de la relación. La ausencia de acciones debilitan cualquier relación. 

Otro acierto importante, es revisarnos para identificar cuál es nuestro marco de referencia, desde donde construimos nuestras expectativas. Desde un ideal de perfección o desde las posibilidades que brinda el ensayo y el error. Es decir, no existe un príncipe azul o una hermosa princesa encantada, posiblemente coexisten dos seres humanos con cualidades y defectos. Algunas veces negociables y otras no.

Existen ocasiones que toca deslastrarse de expectativas que rayan de lo fantasioso. Construir castillos en el aire, sin esa previa conversación u observación consciente si puede generar grandes sufrimientos. 

Una tarea que sugiero, toma un tiempo con tu pareja a solas y comenten que esperan de la relación y especialmente que esperas recibir de él o ella. No es algo tan descabellado. Después de todo, puede servir de base para construir un proyecto de vida compartido.