Gerardo Herrera

La importancia de la paz

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En el marco de la administración pública, la Paz como principio, tiene un propósito, continuar profesionalizando a los servidores públicos, quienes en gobernanza con la sociedad civil, la academia, los sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, así como la población, deben impulsar trabajo colectivo para centrar la vida, es decir, el biocentro.

El cuidado de los seres vivos: el humano, los animales y las plantas, que en unicidad con el agua, el aire, la tierra y el sol son unicidad y simbiosofía para el modelo del buen vivir, que tanto necesitamos pero que se nos arranco en el proceso de colonización a través de someter el ser, el saber, el poder y la naturaleza para instaurar un régimen de modernidad, que hoy nos ha hecho egoístas e insensibles y utilizado a los recursos de la naturaleza de manera depredadora.

La Paz requiere de impulsar los modelos sociales donde no exista la discriminación, desigualdad, injusticia social, que permita sostener en una sociedad la igualdad ante la ley, pero también ante las oportunidades y los resultados; una manera de hacer que las personas tengan voz, valor y poder, para participar democráticamente y no ser asimiladas, una Paz que ayude a evitar la opresión y la exclusión, una Paz que ayude a transitar a una nueva forma de integrar la sociedad en sus modelos de consumo e intersubjetivación, que mejore los diálogos y la participación.

Requerimos de una Paz que se construya en la escuela, en su comunidad de aprendizaje, en el territorio, en el día a día, minuto a minuto, porque la Paz es dinámica y no estática; una Paz que se construya a través del modelo educativo con giro decolonial,  pensamiento crítico, emancipatorio, libre, autónomo para la toma de decisión; una Paz que abreve en la participación de la comunidad (como el núcleo integrador del proceso de enseñanza-aprendizaje), donde el sujeto educativo, sea reconocido como sujeto de derecho a la educación, así como, sujeto del interés superior del Estado (protección a la vida, al desarrollo, a la igualdad y a la participación), y desde luego, sujeto a la participación de los procesos educativos.

Es en la comunidad donde están las instituciones que transforman, porque ahí inciden la familia, la escuela, la biblioteca, la plaza pública donde se desarrolla la niñez, pero también la adolescencia, juventudes y el ser adultos, es decir, esta vinculada la escuela y la comunidad; pero igualmente, la escuela debe reconocer las experiencias y saberes de la población que vive en la comunidad, porque la escuela forma parte de la comunidad, así los conocimientos y saberes pueden ser llevados a la atención de la resolución de los problemas de la comunidad.

La comunidad educativa, puede construir en el marco de su comunidad, valores comunales, es decir, destacar frente al individualismo, la meritocracia, y el egoísmo, la solidaridad, la cooperación, la ayuda y respeto por las demás personas.

De esta manera si queremos impulsar la Paz desde la escuela, apropiémonos del modelo educativo donde la escuela es un elemento más de las instituciones que tiene la comunidad, como la biblioteca, el centro de salud, los espacios públicos para la participación ciudadana, entre otros y donde transversalmente podemos aterrizar la cultura de la Paz, el diálogo, la cohesión social.

Hoy, quienes impulsamos procesos de Paz, requerimos de hacer que las personas de una comunidad sean reconocidas como ciudadanos y ciudadanas, que pueden ejercer una vida digna, decidir sobre su cuerpo, construir su identidad personal y colectiva. Requerimos que las personas adviertan que transitan sobre procesos de una diversidad social, cultural y sexual que esta vigente y reconocida por el Estado mexicano.

La Paz tiene que enfrentar la lucha por la perspectiva de género, la igualdad sustantiva, la vida libre de violencia y de discriminación; igualmente la Paz debe impulsar mecanismos para atender en la epistemología del sur, las sociologías de las ausencias y emergencias a las que se refiere Boaventura de Sousa Santos.

La Paz nos debe ayudar a conocer e incorporar el pensamiento crítico, emancipatorio, libre, autónomo para la toma de decisiones, que eche abajo el pensamiento instrumental que tanto daño a causado al ser, a los saberes originarios, pero también a la naturaleza y el poder.