En un encuentro sexual la comunicación no verbal, gana un especial protagonismo y entre sus distintas manifestaciones, los gemidos se consideran una señal del placer.
Existen quienes lo exageran para excitar a la pareja. Además, dejarla en una buena posición e incluso elevar su autoestima. Más allá de generalizar, las mujeres tienen mayor tendencia a exagerar e incluso dramatizar sus gemidos, a veces por histrionismo. En otras ocasiones por inseguridad, es decir, para ganar el reconocimiento del compañero sexual. En otras oportunidades por cansancio o aburrimiento, se emiten falsos gemidos para acelerar el proceso.
El hombre no se queda atrás, pero una buena observadora puede diferenciar los gemidos falsos en contraste con los reales.
La pornografia si bien estimula la creatividad y el deseo sexual, también muestran un guión que no siempre corresponde con la realidad. Es por eso que muchxs imitan conductas para aparentar buenas cualidades sexuales y se alejan del verdadero sentir.
Los gemidos auténticos se perciben cuando se encuentra en sintonía con la respiración, los movimientos corporales, la humedad, una piel erizada, la coloración de la piel y el momento sexual. Cuando estos son reales orientan el camino del amante. En resumida cuenta, entre dos personas que se gustan, el deseo aumenta cuando se percibe la excitación del/ la otrx.
